Rematan la refinería abandonada de Neuquén

Hace doce años atrás, allá por 2008 el titular del Grupo Más Energía, el empresario Miguel Schvartzbaum, se postuló para acceder al plan “Refinación Plus” que acababa de lanzar el gobierno nacional para ampliar la capacidad de procesamiento de combustibles de alta calidad. Su iniciativa fue aprobada, recibió créditos de Nación, del ente autárquico de los municipios locales (ENIM) y de la provincia de Neuquén. Pero apenas dos años después de su apertura, el complejo dejó de funcionar y desde 2014 permanece abandonado.

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El reclamo de los acreedores por los miles de millones de dólares girados derivó en un juicio por el cual, a más tardar en mayo, la refinería saldrá a remate.

“En el expediente de Renesa nosotros estamos haciendo una ejecución hipotecaria y ahora estamos haciendo todo para hacer el remate, con la idea es que sea rematada en los próximos 30 a 60 días”, contó a Energía On el fiscal de Estado de Neuquén, Raúl Gaitán.

La provincia de Neuquén es una de las acreedoras de la Refinadora Neuquina Sociedad Anónima (Renesa), por los créditos que le fueron otorgados a través del Instituto Autárquico de Desarrollo Económico Productivo (Iadep), el mismo organismo que con sus créditos blandos fomentó el desarrollo de las bodegas de San Patricio del Chañar.

“No somos el mayor acreedor sino que somos los primeros porque, como es una ejecución hipotecaria, es por el momento de inscripción y nosotros estamos inscriptos desde el primer grado”, detalló el fiscal de Estado.

El objetivo del gobierno neuquino es que la mole de hierros que se oxidan a un costado de la Ruta Nacional 22 puedan volver a ser útiles y que el complejo sea reactivado por quien gane el remate.

Pero para ello, falta un paso clave que es la determinación de cuánto vale la refinería. “Todavía no tenemos un precio base fijado y seguramente vamos a hacer alguna pericial para determinar el precio base que podría ser el monto del crédito, pero puede puede pasar que sea un precio muy bajo o muy alto”, indicó Gaitán.

El crédito aportado por el Iadep para la construcción y ampliación de la refinería del Grupo Más Energía fue de 40.766.334 pesos, sin contar los intereses que desde entonces se acumulan.

Ese crédito es sólo una parte de las acreencias que acumula el complejo. Desde el Ente Autárquico ENIM que conforman los municipios de Cutral Co y Plaza Huincul con las regalías provenientes del bloque El Mangrullo, se aportaron otros 130 millones de pesos, según la estimación realizada por la Justicia en 2016. Seguramente ese monto crecerá por los años transcurridos.

Pero la mayor parte de los fondos que utilizó Schvartbaum para montar esta refinería provinieron del Estado Nacional. En total fueron 124 millones de dólares los que se giraron para construir el complejo, a pesar de que el primer presupuesto para su construcción era de apenas 77 millones de dólares.

Más dólares

Cuando el proyecto de montar una nueva refinería en Plaza Huincul fue aprobado, en 2008, el costo de la obra se fijó en 77 millones de dólares y se postuló que en abril de 2011 el complejo industrial estaría en funcionamiento.

Antes de comenzar a construirse ese monto se incrementó y llegó en 2010 a los 99 millones de dólares que fueron convalidados por el entonces ministerio de Planificación Federal que conducía Julio De Vido.

Desde esa fecha, los fondos comenzaron a fluir y si bien en ese año se hizo una inauguración simbólica, el complejo recién entró en producción en agosto de 2012, ya con el apoyo de los créditos extra de Neuquén y el ENIM.

No obstante, en 2014 la planta frenó su producción y finalmente ingresó en un concurso de acreedores que es el que ahora lleva al remate en la búsqueda de su reactivación.

Un complejo modelo que sólo alcanzó el 12% de su capacidad productiva

La refinería Renesa fue desarrollada para ser un complejo de tope de gama, con la última tecnología disponible en ese momento, en una especie de competencia con su vecina, la refinería que YPF posee a muy pocos kilómetros de allí.

Sin embargo, el complejo no alcanzó jamás su máxima capacidad de producción que se estimó en unos 445.000 metros cúbicos anuales.

De acuerdo a un informe elaborado luego de su cierre por la Oficina Anticorrupción de la Nación, el complejo sólo llegó a poner sus torres al 12% de capacidad y en los años que estuvo en operaciones alcanzó a elaborar un total de 97.838 metros cúbicos de combustibles.

De esa producción, hoy no queda ni el aroma a hidrocarburos en sus enormes tanques que se erigen como testigos mudos y oxidados a un costado de la ruta.

El predio fue escenario de reclamos de los cientos de trabajadores que perdieron sus puestos laborales con el cierre de las instalaciones. Pero con el paso de los años, los reclamos se apagaron, los trabajadores se resignaron a buscar otros rumbos y en la Comarca Petrolera, la refinería abandonada se transformó en una postal constante de los cuestionables negocios que se hicieron en esos años.

Desde el cierre de los portones en 2014, la planta sólo ha mantenido una guardia de seguridad y un mínimo alumbrado en su predio.

Pero desde hace algunas semanas la refinería modelo del sur del país no tiene ni un sólo foco prendido por las noches.

Desde el Ente Provincial de Energía del Neuquén (EPEN), el proveedor del servicio eléctrico, se reconoció la situación y se advirtió que el organismo es uno de los acreedores de la refinería pues también les dejaron numerosas facturas impagas.