Renacimiento

Después de una dura etapa personal, Fher Olvera, líder de Maná, habla de “Drama y luz”, que sale el 12 y marca el regreso tras cinco años.

Cinco años después de “Amar es combatir”, del que se vendieron más de un millón y medio de copias, Maná regresa hablando de dolor y de esperanza, de claros y oscuros, en “Drama y luz”, el nuevo trabajo que la banda mexicana ha hecho “a fuego lento, despacito”, durante largos 34 meses. “El disco es una dualidad, claros y oscuros, porque al final la vida es así”, explica Fher Olvera, vocalista y alma del grupo. “Hay diferentes historias, historias de amor, desamor, ilusiones…”, dice. “Drama y luz” está marcado por una de las peores etapas en la vida del cantante. “La muerte de mi madre (en el 2010) me tomó en mitad del proceso. Al mes siguiente murió mi hermana. Eso le dio otra dirección al disco”, admite Fher. Pero al final la música supuso su “sanación” de “una crisis muy fuerte” en la que Juan Calleros (bajo), Álex González (batería) y Sergio Vallín (guitarra) lo apoyaron. “Me sacaron de las cenizas”, asegura. “Hablamos de la posibilidad de parar durante un año debido a la situación que estaba atravesando mi vida, pero decidí no parar y finalmente pude darme cuenta del poder curativo de la música”. El resultado es un trabajo de 13 temas producido por ellos mismos en el que hablan de amor y dolor, de derrota y revancha, de temor y esperanza, todo con un sonido renovado pero evocador que permite reconocer en el acto a una de las bandas latinoamericanas más influyentes a nivel mundial, con más de 20 años de trayectoria. “Estuvimos en una búsqueda continua de sonidos para que todos los temas tuvieran su personalidad”, explica Sergio. “Drama y luz” necesitó 34 meses para ver la luz. El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el pasado octubre, pero cuando llegó el momento quisieron esperar. “Es bien difícil hacer un disco hoy en día. Es arte y el arte toma su tiempo”, explica Álex. “Se sacó del horno cuando tenía que salir”, corrobora Fher. Además de invitados especiales como el percusionista Luis Conte y el virtuoso de la armónica Tommy Morgan, Maná contó con una orquesta de cuerdas y metales que da “mucho poder”, en palabras de Sergio, el único de los cuatro que hoy, vestidos todos de negro y cuero al más puro estilo roquero, acabó quitándose las gafas de sol en el oscurecido anfiteatro de la Casa de América de Madrid durante la presentación del disco para la prensa. Los temas “Lluvia al corazón” es el primer sencillo del disco y con él Maná pretende llevar un mensaje de esperanza ante los nubarrones de futuro incierto en un planeta medio muerto. En “Vuela libre paloma” Fher estuvo influido por cómo se dio cuenta de que debía dejar que su madre, enferma de cáncer, se fuera y dejara de sufrir. También hay canciones como “Sor María”, que habla de una monja que se enamora, y “cuando una mujer se enamora no hay nadie que pueda pararla”, explica Olvera. “Otra canción habla de un espejo un poco surrealista y hay otra más, que se llama ‘El dragón’, que habla de las adicciones”, cuenta él. En “Latinoamérica”, otro de los temas, Álex quiso hacer un “himno” que cree que “va a inspirar mucho a los latinos en el mundo”. “Lo compuse estando en Miami. Notaba mucho racismo hacia los latinoamericanos y también racismo entre los propios latinos”. El nuevo disco de Maná, el décimo de estudio en la historia de esta banda que lleva a sus espaldas más de 22 millones de copias vendidas y un importante número de premios Grammy, sale a la venta el próximo 12 de abril y por expreso deseo de sus miembros será “lo más barato posible”, por los tiempos de crisis económica que corren y como arma para luchar contra la piratería. (DPA)


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