Renovada devoción a San Cayetano en la región

La gruta ubicada en Cinco Saltos reunió a fieles de numerosas localidades.

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CIPOLLETTI (AC).- Los fieles de la región renovaron ayer su devoción al santo del trabajo y como cada 7 de agosto llegaron por cientos hasta la gruta San Cayetano en una procesión que partió desde Cinco Saltos hasta la construcción de piedra donde se venera al también conocido como “Padre de la providencia”.

“Hace 20 años que vengo a pedir pero primero a agradecer porque todo lo que le pedí a San Cayetano se me cumplió”, dijo ayer con convicción Patricia, una de las tantas fieles que concurre anualmente a la gruta. Y aclaró: “todos los años caminando”.

La mayoría recorrió los más de 12 kilómetros que separan la capilla San Juan Bosco con la gruta San Cayetano, a pie. Muchos, y de ahí el comentario de Patricia, en auto. Es más y para que no quedaran dudas confió que un año hizo la procesión a cinco días de haber sido operada.

Yanet y Bruno también fueron a agradecerle al santo y a pedirle que les conserve la salud y el trabajo a ellos y a sus seres queridos. Ayer recordaron que hubo momentos en que los fieles se contaban por miles. “Fue por la crisis, había mucha gente sin trabajo”, desgranaron una posible interpretación que se sumó a otras como el horario que también -según ellos- dificultó la llegada de los fieles que a esa hora se encontraban trabajando.

Incluso aseguraron que el año pasado “a pesar de que llovió, hubo viento e hizo frío, hubo más personas”.

El inicio de la peregrinación se pautó para las 13 y la misa, ya en la gruta, para las 15. A esa hora la columna de fieles casi estaba arribando. Sólo media hora después el padre Juan José Harmsen comenzó la ceremonia y anunció que había gente de Centenario, Cinco Saltos, Roca, Plaza Huincul, Cipolletti. Él también insistió con la importancia del agradecimiento.

En parte de su homilía consideró que “uno de los males de este siglo es la gente que vive sola” y les recordó a los fieles que no sólo es posible dar cosas materiales. “Un ratito de nuestro tiempo también puede ayudar a otros”, dijo.

Si bien la mayoría de los devotos a San Cayetano compartieron las actividades centrales del día del santo, la gruta recibió visitantes a lo largo de todo el día. Allí, desde las 10, hubo un sacerdote que realizó confesiones y bendiciones de las personas pero también de las figuras y objetos religiosos que llevaron los fieles o que compraron en los puestos instalados en el lugar.

Como es tradición, fueron las espigas de trigo, que simbolizan el pan, los elementos que más se observaron en el lugar y que recibieron una bendición colectiva al finalizar la misa.


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