Reproches y desmentidas por 'unidad' de la CGT

Algunos de los flamantes dirigentes de los sectores que aceptaron integrar la reunificada CGT se esforzaron en las últimas horas en desmentir eventuales «roces, presiones y choques» entre los diferentes estilos y protagonistas, en el marco de lo que el ex titular de la central, Rodolfo Daer, denominó el «casi quiebre» de la unidad.

El ex titular de la CGT oficial y jefe del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA), que irá por su reelección en septiembre, no dudó en afirmar que antes de la asunción del nuevo triunvirato sindical la dirigente Susana Rueda recibió «presiones» para «no avanzar», lo que puso «en serio riesgo la unidad» entre las dos vertientes. «La dirigente santafesina de la sanidad fue presionada tanto por sectores oficiales como por dirigentes cercanos al camionero Moyano, lo que hizo peligrar la difícil unidad lograda», dijo Daer.

Ello fue inmediatamente desmentido por el taxista Omar Viviani y el dirigente de dragado y balizamiento Juan Carlos Schmid, dos de los referentes de la otrora central obrera rebelde o disidente, quienes atribuyeron la versión a «operetas periodísticas» y a sectores que se sienten «disgustados» por la reunificación obrera.

Es muy probable que un sentimiento de «disgusto» agrupe a distintos sectores, tal como ha sucedido en forma ininterrumpida desde los tiempos de la FORA y la anarquía.

Algo más de una década de división resultó demasiado para barajar y dar de nuevo casi de inmediato. De allí que los rencores no hayan todavía eclipsado o menguado. La supuesta maniobra de presión sobre la sindicalista de la sanidad, quien integra el triunvirato junto al camionero Moyano y el dirigente de obras sanitarias José Luis Lingeri, amenazó inclusive con sepultar definitivamente el diálogo entre los jefes de los sindicatos más importantes y los de los rebeldes.

Un dato atestigua por sí mismo el supuesto malestar reinante, independientemente de los sanos discursos que apelan a la madurez para evitar nuevas frustraciones: el Congreso celebrado en julio optó por no difundir el acta número 1 de la nueva central y ello no fue un dato menor. El documento convalidó que Moyano sea el único titular de la CGT a partir del primer año de mandato. «No sé si ello podrá cristalizarse. A decir verdad, no sé siquiera si será posible llegar al año. Las disputas, estilos, y proyectos son bastante diferentes», dijo un conspicuo y conocido integrante del nuevo Consejo. Daer prefirió no profundizar las internas y dijo que «toda organización expresa diferentes matices, aunque es preciso aprender a convivir», a la vez que Rueda aseguró que no será prenda fácil y que no permitirá a nadie que la presione. (Télam)


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