¿Rescatará Colombia a Chávez?

ANDRéS OPPENHEIMER

Observando la campaña presidencial de Colombia no puedo evitar preguntarme si los candidatos colombianos, en el fragor de la campaña, no dirán algo que pueda darle al presidente venezolano Hugo Chávez una muy ansiada excusa para cancelar las elecciones legislativas de septiembre en Venezuela. Consideremos lo que está ocurriendo en el extremo norte de Sudamérica. Por un lado, Colombia se está preparando para celebrar las elecciones presidenciales el 30 de mayo, en que se elegirá al sucesor del presidente Uribe, quien goza de gran popularidad en su país por su ofensiva contra la guerrilla marxista y sus denuncias sobre el apoyo de Chávez a los grupos armados colombianos. En ese contexto, varios candidatos colombianos tratarán de ganar el voto oficialista y las elecciones colombianas podrían convertirse en una competencia para ver quién de los candidatos es el más “uribista” de todos. El candidato del partido de Uribe, el ex ministro de defensa Juan Manuel Santos, lleva la delantera en las encuestas con el 36% de la intención de voto, seguido por la candidata del Partido Conservador Noemí Sanín, con el 17%. Santos fue el ministro de Defensa de línea dura que dirigió el rescate de la ex senadora Ingrid Betancourt en el 2008, tras permanecer varios años secuestrada por los guerrilleros. Santos también dirigió ese mismo año el ataque contra un campamento guerrillero de las FARC en Ecuador, en el que se descubrieron computadoras con miles de e-mails que posteriormente fueron certificados como auténticos por la Interpol y que mostraban un activo apoyo de Venezuela a la guerrilla colombiana. Cuando le pregunté a Santos qué cambiaría de la política exterior de Uribe –especialmente en lo referido a Chávez– en el caso de que ganara las elecciones, me respondió que él sería más proactivo. “Nuestra diplomacia ha sido muy pasiva. Necesitamos tener una diplomacia más proactiva, más colocando al país en un escenario internacional donde creemos tener muchos atributos para ser un jugador (importante)”, me dijo el candidato. Hasta ahora Colombia ha estado a la defensiva, porque durante muchos años figuró en los titulares como uno de los países del mundo con mayor cantidad de secuestros y los más altos índices de asesinatos y narcotráfico. Pero ya no es así y la diplomacia colombiana debería cambiar de manera acorde, explicó. Cuando le pregunté por Chávez dijo: “El señor Chávez y yo somos como el agua y el aceite. Pero si hay respeto, y respeto por las diferencias, entonces podemos tener buenas relaciones. Y creo que es nuestra obligación que así sea, porque cuando se pelean los gobernantes los que salen sufriendo son los pueblos”. –¿No hay peligro de que en el calor de la campaña presidencial colombiana usted y sus rivales hagan declaraciones antichavistas que aumenten las tensiones entre los dos países? –le pregunté. –Yo esperaría que no –respondió Santos–. Ojalá nuestra democracia tenga la suficiente madurez para no caer en ese juego de usar la política exterior como mecanismo de campaña política interna. Incendiar los ánimos contra otro país me parecería irresponsable. Por mi lado, tenga la seguridad, a pesar de que dicen que yo soy el ogro antichavista, no va a haber uso de eso como ficha de campaña política”.


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