Revancha en Turín

Los Pumas se desquitaron de Italia, a cinco meses de la derrota en tierras cordobesas. El conjunto de Phelan no brilló, pero fue efectivo y cortó una racha de cuatro caídas.

Después de cuatro derrotas seguidas en el 2008, Los Pumas cortaron la racha y vencieron a Italia, 22-14, en el estadio Olímpico de Turín. De paso, se tomaron revancha de la caída ante los «azzurros», en Córdoba, hace cinco meses.

El equipo de Santiago Phelan justificó su triunfo en la segunda parte, cuando inclinó la balanza con un try de Rafael Carballo, a quien le sirvió la conquista en bandeja JM Hernández, autor de una jugada de otro partido.

En esa etapa también mejoraron mucho los delanteros en el juego y en los agrupamientos espontáneos y, además, los cambios fueron determinantes.

Igual, hay puntos por corregir, fundamentalmente las formaciones fijas, sobre todo en el scrum. Y la falta de disciplina, ya que abundaron las infracciones y hubo dos amonestados (Rodrigo Roncero y Carballo).

Los primeros 40 fueron una prolongación del pésimo partido que habían jugado ambos en Córdoba a mitad de este año, que terminó con un agónico éxito de los italianos. Muchos kicks, pocas ideas y lógica dependencia de la «patada» como único recurso.

Recién a los 27, se abrió el marcador con un penal de Felipe Contepomi y, por suerte se sacudió la modorra, porque el local respondió rápido.

Cuando el primer tiempo moría igualado, Contepomi, con otras dos conversiones, puso el 9-3 parcial favorable para Los Pumas, que más que un premio para el equipo albiceleste fue un castigo para el local.

Otro penal del «melli» y un drop de Marcato en el comienzo de la segunda etapa mantuvieron la diferencia. Pero el trámite pareció complicarse para el quince criollo cuando Roncero, tras su enésima infracción, fue amonestado y el equipo se quedó con 14.

Sin embargo, Hernández, quien jugó bien en defensa y tuvo altibajos en ataque, apareció en todo su esplendor a los 10.

Ensayó un «sombrerito», tomó la pelota de aire y habilitó a Carballo, quien sin problemas se fue solo hasta el ingoal italiano. Ahí se acabó el partido. Porque Los Pumas empezaron a ser implacables en defensa y más dinámicos en ataque ante un rival que debió salir a jugarse pero no tuvo respuestas.

Sólo Sergio Parisse, uno de los seis argentinos nacionalizados que defendieron la camiseta azzurra, pudo llevar a su equipo hacia adelante pero con su enjundia no alcanzó.

Recién sobre el final, por la punta que había dejado libre el amonestado Carballo, Italia logró quebrar el ingoal visitante a través de Andrea Masi, pero el partido ya era cosa juzgada.

Los Pumas ganaron bien, con un segundo tiempo aceptable. Todavía les falta mucho para parecerse al equipo del Mundial 2007, pero al menos se reencontraron con el éxito, y eso no deja de ser importante. El sábado, en Dublin ante Irlanda será el fin de la gira.


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