Revelan otra línea de investigación

El exjefe de la Brigada de Investigaciones aseguró que trabajó varias líneas, optando por una que aún sostiene en la que no se encuentran los tres procesados.

Causa Atahualpa

Por primera vez en el juicio por el homicidio de Atahualpa Martínez apareció otra línea de investigación que, en su momento, vinculó a Leandro Mildenberger como un presunto partícipe de este hecho.

Así lo manifestó en la audiencia de ayer el comisario Alfredo Sosa, quien fue jefe de la Brigada de Viedma y estuvo al frente de la investigación durante los primeros años bajo la conducción de la entonces fiscal Daniela Zágari. Recordó que a fines de 2009 fue desvinculado de la causa “por un conflicto supuestamente entre Liliana Piccinini y Víctor Cufré, personal o institucional, que repercutió en esa investigación y la ligué yo”. Aclaró que con el exjefe mantuvo una relación institucional y que nunca le informó sobre el desarrollo de esta investigación al interpretar que Zágari “me dio a entender que no me tenía confianza por mi relación con Cufré”.

Cabe recordar que por entonces Piccinini era la Procuradora General de Río Negro de quien dependían los fiscales de la provincia y Cufré había sido Jefe de la Policía y ejercía la secretaría de Seguridad. Sosa aseguró que la línea que conducía a Mildenberger se convirtió para él en la más sólida de todas las hipótesis que había trabajado tras chequear distintos datos. “Para mi hoy sigue vigente”, dijo al agregar que “el 90% de la información está en la causa”.

Consultado por las defensas en relación al porqué la fiscal Zágari nunca citó a Mildemberger y que terminó imputando a los actuales procesados Belén Barrientos, Felipe Carrasco y Carlos Morales Toledo, el comisario consideró que “habrá tenido más elementos y pruebas de los que yo tenía”.

En esa misma línea de investigación, Sosa agregó que pudo confirmar lo señalado por una testigo en relación a los vínculos de Mildenberger con varias personas de la zona y el policía Hernán Toloy que entonces trabajaba en el área de Informaciones de la Policía “con llegada a la subjefatura”. Ambos tuvieron contactos luego del homicidio de Atahualpa y “logré establecer que el policía por alguna razón nos estaba embarrando la cancha y pedía información sobre pericias que habría trasmitido a Mildemberger, entre ellas, sobre las medidas de los neumáticos del auto que este último tenía y el cotejo con las huellas donde apareció el cuerpo de Atahualpa”.

Cabe recordar que en mayo de este año dos policías rionegrinos fueron detenidos en el marco de un operativo de droga, uno de ellos fue Toloy.

Sosa dijo en el juicio que -disimulando su actividad- hasta se fue a vivir al barrio Lavalle para investigar, logrando conocer al vecino “en la zona caliente de desarmaderos de motos, comerciantes reducidores, venta de drogas, donde la mayoría de la gente es trabajadora y muchos callan”.

Ayelén Martínez, la hermana de Atahualpa, fue otra testigo en la audiencia de ayer en la que recordó dos episodios: uno cuando lo trajeron de la casa de Belén en un estado de total ebriedad, interpretando que le habrían dado algo más que alcohol y otro en el boliche, cuando su hermano la defendió frente a un intento de agresión de una chica. El Tribunal -Juan Bernardi, Rolando Gaitán y Eduardo Roumec- también escuchó a otra testigo que vive en un barrio cercano a donde apareció el cuerpo de la víctima que describió haber observado una camioneta blanca en el lugar aquella mañana, y a una joven que dijo que en ese entonces vivía en la casa de Carrasco en el barrio Lavalle, donde se vendía droga.

DeViedma


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