Rinaldo Rafanelli, sin nostalgias por el pasado

Rinaldo Rafanelli formó parte de míticos conjuntos de la vieja época del rock nacional: tocó junto a Charly García y Luis Alberto Spinetta e integró el popular Sui Generis. El fin de semana pasado actuó en Neuquén con su "power trío" La Rimamblú. En una extensa charla con "Río Negro", el bajista que presentó "Souvenir de un mundo bizarro" se quejó de que "los músicos de ahora no denuncian nada" y confesó que con su nuevo grupo está "muy contento".

NEUQUEN.- «Hoy todo es marketing, entertainment y si bien ahora hay más motivos que antes para criticar, sin embargo para la gente Rodrigo es santo y Favaloro no», toda una declaración de principios de Rinaldo Rafanelli.

Rafanelli fue bajista de míticos grupos como la banda de Luis Alberto Spinetta, Charly García y Sui Géneris y ahora lidera La Rimamblú, un típico «power trío» integrado por Ariel Rodríguez (guitarra) y Claudio Salas (batería) que recorre las raíces del rhythm and blues y rock and Roll.

Con su banda actuó en esta ciudad el fin de semana pasado y conversó con «Río Negro», con quien se quejó de que «los músicos jóvenes con todos los problemas que hay en la Argentina, ninguno se queja de nada ni denuncia nada, ni nadie tiene nada para decir».

Rafanelli tiene una voz más que potente y un estilo Pappo que le da un aire pesado, pero bonachón al mismo tiempo.

De su paso por Sui Generis y un posible regreso con Charly y Nito Mestre, se limitó a decir: «Evidentemente no me voy a reunir con ellos, porque es imposible en este momento».

El inminente regreso de la banda, no le arrancó demasiadas definiciones al músico. «Puedo opinar en general no exclusivamente de Sui Generis, pero hay veces en que se hacen las cosas por todo a la vez y la gente critica una parte nada más, que se reúnan para ganar guita, para robar, es así aunque a la vez hay muchas ganas de tocar, de revivir, de hacer un «Reanimator V», aunque dentro de diez años no se ve reunir A nadie».

«En función del entertainment, predomina más la bailanta, de las bandas que hacen música para que la gente joda y cante un estribillo diciendo pelotudeces media hora y no apartándose de sus problemas como si fuera una terapia», rezongó con cierto brillo de enojo en la mirada.

Con cierto rencor, lamentó que «el pobre y lastimado arte musical así queda para unos pocos, porque evidentemente, a partir de la Triple A, luego la tragedia del proceso y la corrupción entre Alfonsín y el gobierno de Menem, paulatinamente la gente fue perdiendo esas ganas de escuchar música y que le pasaran cosas por dentro con la música».

Resignado, el músico admitió que «las bandas responden a la realidad, porque antes era esa. No es que el rock era mejor, entonces, pero yo como soy un bohemio, a mí me interesa la música como arte en cuanto a contenido y en cuanto a estética, a belleza».

Como intentando encontrar una explicación al fenómeno, Rafanelli lamentó «el auge tremendo que tiene en Buenos Aires el tema de la bailanta con valores musicales muy discutibles, es porque la gente está pidiendo nada más que eso, nadie quiere pensar en ninguna letra, ni escuchar un acorde raro, ni nada».

Lamentó a su vez que «las bandas acceden a esa realidad, se llenan de plata y no contribuyen en nada».

Sin nostalgia por su pasado musical, Rafanelli siente que «antes y ahora siempre fue hoy, si hubiera cambiado mi manera de concebir la música, entonces lo hubiera sentido en mí, pero soy el mismo y realmente mucho no me preocupa».

La actividad que tiene con su nuevo grupo, lo tiene más que satisfecho. «Hacemos canciones pero de rhytm and blues, basadas en el ritmo de rhytm and blues nacional, o sea que tomando esas raíces, con todo lo que se respira en Buenos Aires pero son canciones, a pesar de que hay muy buen nivel técnico y también rescato los excelentes músicos que me acompañan».

Con perfil más bajo que en su época de bajista de Charly, admitió que «la diferencia es que no podés tocar para estadios llenos, al ser un obstinado en hacer las cosas como antes o a conciencia».

«Me encanta porque estoy contento de estar con músicos que se bancan estar así, en vez de salir en las revistas enamorados de Natalia Oreiro y eso es lo que te provoca, que te da ganas de seguir».

Sin ganas de «transar» con el sistema y acuñando una producción independiente Rafanelli se animó a vaticinar que «con el tiempo, el futuro nacional del 2000 va a ser la bailanta rock y ya hay bandas que están tomando elementos de malos productores, malos empresarios, malos periodistas.

«Muchos tratan de acomodarse -aceptó- y a mi eso me importa tremendamente poco, aunque sí me importa hacer un disco como el que hicimos que es una belleza y concebir de una manera honestísima el sonido, la intepretación y las letras».

Sin «pases de facturas», reconoció que «me siento muy feliz en ese sentido, estoy bárbaro, no trampeo con nada, soy honesto conmigo mismo, tengo un microcosmos infinito por dentro».

«No me preocupa demasiado porque ahora tengo que hacer las cosas a pulmón y me tengo que ocupar personalmente de supervisar todo, porque estoy absolutamente fuera del sistema», concluyó el líder La Rimamblú.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios