Río Colorado ofrece atractivos al turismo de paso

Transitada por más de 150.000 personas cada año, las bellezas naturales, las riberas del río y la oferta hotelera aparecen como los atractivos que necesitan ayuda oficial para desarrollarse.

Río Colorado .- La falta de un programa oficial de turismo para esta ciudad -portal del Comahue- deja todo librado a la creatividad y servicio de los comerciantes, más allá de las buenas intenciones que en algún momento dejaron entrever las autoridades de turno.

Río Colorado es el sitio de ingreso a la provincia desde el noreste del país a través de la ruta nacional 22, paso obligado para miles de turistas que anualmente visitan las playas y lugares turísticos del sur del país. Por ello, los comerciantes de la zona se frotan las manos cuando llega la temporada alta: saben muy bien que la premisa en estos casos es retener lo máximo posible al «turismo de paso», porque de esa manera aumentarán las ventas.

Vale consignar que la mayoría de los paseantes que se detienen no son de la provincia de Río Ne-gro y por tal motivo resulta indispensable poder suministrar toda la información necesaria.

Años atrás existía una oficina de turismo dependiente del gobierno provincial, pero la reorganización del Estado la alcanzó y dejó de existir. Hoy esa parte está a cargo exclusivamente de los artesanos que levantaron un quincho con productos regionales que se esmeran en promocionar las bondades de la región patagónica.

Por otra parte, la ciudad cuen-ta con lugares propicios para que el turista pueda hacer un alto en el camino y disfrutar con su familia su estadía.

Hay buena capacidad hotelera, restaurantes y estaciones de servicio con todo lo necesario pa-ra satisfacer cómodamente las necesidades del viajero.

Debe agregarse que en esto de prolongar la estadía del turista, juegan a favor las bellezas naturales, lugares de esparcimiento e incluso las referencias históricas con que cuenta esta localidad.

La extensa costa ribereña que abraza a todo Río Colorado posibilita distintas actividades náuticas, pesca y saborear un buen asado bajo las espesas arboledas, sin olvidar las opciones de los balnearios.

Prestándole atención a la estadística, se puede afirmar que en los meses de temporada alta (de diciembre a marzo) desfilan por esta zona más de 150.000 personas y unos 40.000 automotores de todo tipo, que hablan a las claras del potencial de este recurso y de la necesidad de ir mejorando el sistema.

Volviendo a lo que puede encontrar quien pasa por esta ciudad, hay que destacar el local a cargo de los artesanos del medio, quienes exponen para la venta elementos elaborados con sus propias manos así como también productos regionales.

Además estas personas asumieron la tarea de informar a turistas en relación con distancias y rutas para acceder a los distintos centros turísticos del sur del país.

La ausencia de agentes de organismos oficiales, ya sean locales o provinciales, que realicen en forma permanente tareas de orientación y asesoramiento le otorgan mayor mérito a la voluntad de los artesanos. Aprovechando esta predisposición, la secretaría de Turismo de la provincia les ha suministrado algunos folletos y afiches explicativos, aunque hay que recordar que no todos se detienen en ese puesto y por tal motivo son muchos los que quedan excluídos de esta oferta. Sin dudas esta situación configura un aspecto negativo, para el viajero especialmente para quienes ingresan a la Patagonia por primera vez.

En cuanto a las tarifas de alojamiento en hoteles, oscilan entre 15 y 20 pesos por día y por persona. El viajero podrá almorzar o cenar desde 6 a 10 pesos según el menú solicitado, mientras que un desayuno completo cuesta 2,50.

Si bien la capacidad hotelera existente en la vera de la ruta ronda las 500 camas, el turista cuenta con la alternativa de acampar en el cámping municipal que dispone de un importante espacio con sanitarios, duchas, energía eléctrica y fogones, entre otras comodidades.

Lo que convendría revisar

En tren de mejorar la atención al visitante, vale la pena mencionar algunos aspectos que convendría revisar para que el paseante prolongue su estadía.

Por ejemplo, las autoridades deberían dejar de postergar las acciones para mejorar la entrega de información específica. Un programa que contemple una política directa se torna cada vez más necesario y hacia allí hay que apuntar.

Dotar de la infraestructura necesaria al sector de la ruta es una responsabilidad ineludible y como primera medida aparece la construcción del sistema de cloacas. Los comerciantes coinciden en mencionarla como la primera necesidad de la zona.

Ampliar la oferta de las actividades sería otro de los pasos y habiendo varios interesados en poner en marcha el tan en boga tema del agro-turismo o turismo aventura no sería difícil darle un respaldo oficial.

Otro tema sería la construcción de la proyectada costanera y mejorar el aspecto estético del ingreso a la ciudad, además de la incorporación de carteles indicadores en los accesos.


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