Río Negro Online / opinión

Las palabras son muy importantes», dijo el director italiano Nanni Moretti en una de sus películas. «Aquellos que hablan mal, piensan mal y viven mal. Uno siempre debe encontrar las palabras adecuadas, porque las palabras son importantes». Para el poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, «cuando las ideas fallan, las palabras son muy útiles». Y el estadounidense Mark Twain escribió: «La diferencia entre la palabra correcta y la palabra casi correcta es la misma que hay entre la luz y una luciérnaga». En pocas ocasiones han sido sometidas a un análisis tan estricto las palabras de un primer ministro italiano como esta semana. Berlusconi recomendó en el Parlamento Europeo de Estrasburgo el papel de «kapo» de un campo de concentración en una película al eurodiputado socialdemócrata alemán Martin Schulz, quien había criticado duramente su estilo de gobierno. La expresión «kapo» -el puesto que se designaba a un prisionero de los campos de concentración al que los nazis daban una posición de autoridad por encima de los demás- acentuada en la segunda sílaba, fue traducida en los medios ingleses y estadounidenses como «comandante», un significado totalmente distinto. Como escribe Peter Popham en el «Independent» de ayer, la palabra «kapo» derivó probablemente de la expresión «Kameraden Polizei», aplicada a los prisioneros de campos de concentración que recibían de los nazis el encargo de vigilar al resto de los presos, y usualmente señalados por su crueldad. Berlusconi, que sonreía mientras hablaba ante la Eurocámara, se defendió asegurando que su comentario había sido «una ironía». Pero como anota Popham, usando la palabra «kapo», el jefe de gobierno italiano logró «en un solo golpe, aludir al Holocausto y ofender profundamente tanto a alemanes como judíos, además de al señor Schulz», el eurodiputado aludido. Los periódicos europeos de ayer titulan que Berlusconi respondió a las exigencias del canciller Gerhard Schröder y ofreció una disculpa en un llamado telefónico a Berlín. ¿Pero se ha disculpado realmente? Berlusconi se negó tercamente a retirar sus comentarios para que no figuraran en las actas de la Eurocámara y devolvió el golpe asegurando que los comentarios de Schulz lo habían ofendido. El comunicado oficial emitido por la oficina de Berlusconi afirma: «En una conversación telefónica con el canciller alemán, el primer ministro relató los graves insultos dirigidos contra él en el Parlamento Europeo». «El primer ministro italiano confirmó asimismo lo que había dicho ayer (el miércoles, día del incidente): que lamenta que alguien haya malinterpretado el sentido de su comentario, que sólo quería ser irónico». La palabra clave es «lamenta». Berlusconi utilizó originalmente la expresión «rincrescimento», que se traduce como «lamentar». Pero en italiano, «rincrescimento» puede tener varios significados. Sebastiano Messina escribe en «La Repubblica» que la palabra puede expresar un «arrepentimiento mezclado con decepción». Pero también puede decir «sentirse contrariado, molesto», u «ofendido». Según Messina, puede interpretarse también como el polo opuesto de un pedido de disculpas. Por su parte, Schulz consideró que la cuestión no quedó cerrada. «Berlusconi debe dirigirse al Parlamento Europeo y decir que lo lamenta, que esto no volverá a suceder», dijo el socialdemócrata. ¿Utilizará «Il Cavaliere» las palabras adecuadas esta vez? (DPA)


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