Río Negro recupera el proyecto de Zona Franca

El proceso implica la constitución del Comité de Vigilancia, y definir desde el punto de vista político si se mantiene en Sierra Grande, localidad que fue asignada inicialmente.

El ministro Dante Sica fue quien dio el anuncio a la provincia de Río Negro.

El ministerio de Producción, a cargo de Dante Sica, comunicó a la Provincia de Río Negro que fue reflotado el proyecto de instalar una Zona Franca en este territorio. La notificación llegó de manos de la directora de Comercio Exterior de esa cartera, Carolina Cuenca.

Para el aval buscando un tercer intento se puso en conocimiento el secretario de Planificación de la Provincia, Andrés Barresi, luego de una serie de gestiones que realizó junto a la escribana mayor de Gobierno, Gabriela Benito, ante las autoridades nacionales durante los últimos días.

El proceso de recuperación implica la constitución del Comité de Vigilancia, y definir desde el punto de vista político “si se mantiene o no en Sierra Grande”, localidad que fue asignada a fines del siglo pasado, según adelantó Barresi a “Río Negro”.

El funcionario reveló que ahora se inicia el proceso administrativo vinculado a la nueva licitación de empresas que puedan hacerse cargo tras la frustrada posibilidad otorgada a la francesa Carriere Dhainaut.

El 17 de julio de 1998, había resultado adjudicataria del enclave, la francesa Carriere Dhainaut que, en su momento, fue la única oferente para hacerse cargo de las obras y su explotación. Sin embargo, nunca se hizo cargo del proyecto.

Esa actividad comercial-productiva había aparecido como alternativa a la caída de la empresa minera Hipasam (de propiedad del Estado Nacional), mucho antes de que la mina de hierro pase a manos chinas en 2006. Esta solo funcionó por unos años hasta su actual paralización.

La propuesta presentada en su momento por Carriere Dhainaut fue por una inversión de 7,5 millones de dólares y el pago de un canon del 1 por ciento de su facturación mensual.

La compañía entregó, junto con su oferta, una carta de intención de tres empresas industriales que estaban interesadas en invertir otros 12 millones de dólares para establecer una planta de molienda de minerales, una fábrica de aglomerados y otra de tableros eléctricos, respectivamente.

El último plazo para poner en funcionamiento la zona franca a esa firma venció en el año 2000 lo que generó la decisión del entonces gobierno radical de dar por concluido lo establecido por el contrato de la empresa.

Unos siete años después, el gobierno rionegrino volvió a la carga y tuvo varias consultas de empresas que deseaban ser usuarios de la zona franca en Sierra Grande y en forma acotada algunas empresas requirieron información para convertirse en concesionario. En ese momento, no fue vendido ningún pliego licitatorio.

Aún el poco interés, la Zona Franca rionegrina ya cuenta con un reglamento de funcionamiento. Data de fines de la década del ‘90 y estipula que el futuro concesionario podrá alquiler lotes de terreno para ser utilizados en almacenaje al aire libre o para construcciones de edificios para oficinas, galpones para depósitos o instalaciones de industrias o plantas de manufacturación, transformación u otras de materias primas, por parte de los usuarios; de edificios construidos por él a los fines mencionados y de almacenaje en depósitos públicos. En ese sector se podrán arrendar lugares para depósitos de mercaderías y manipuleo de cargas o mercaderías.

La urbanización debe estar a cargo de los futuros concesionarios, en tanto que el Comité de Vigilancia puede establecer áreas y locales especiales destinados exclusivamente a exposiciones y muestras de bienes elaborados o no en la Zona Franca. Su uso estará sujeto al pago de un precio que se fijará oportunamente.


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