River sigue ausente y se aleja de la punta

Volvió a empatar y jugó peor que

El campeón no logra escapar de su letargo, de donde permanece maniatado, sin poder desplegar ni su fútbol ni su carácter. Y si el partido ante Independiente había siginificado la recuperación de, al menos, algo de aquel brillante fútbol que generó en el Clausura -no así en el resultado-, lo de ayer en el sur de Buenos Aires fue un regreso a fojas cero River necesitaba una victoria. Era algo imperioso, que hubiera aliviado la enorme presión que aplasta al equipo y también a su técnico. La diferencia de puntos con Boca es preocupante, pero más lo es el hecho de que River no jugó bien y de que ayer no mereció ganar. Es más: bien pudo haber perdido de no ser por la mala puntería de Cervera o la mano que le dio Pezzotta al no sancionar un claro de penal de Costanzo sobre el mimso Cervera. Hubiera sido injusto si el cabezazo de Luis González que pegó en el travesaño y picó a medio metro de la línea le daba la victoria a River, allá por los 42 de la etapa final Confundido y huérfano de ideas, River fue un equipo apático casi de principio a fin. Si de a ratos hasta dio la sensación de haberse entregado antes de tiempo. Y Banfield -también responsable de que se viera un partido anodino y trabado- estuvo más cerca de quedarse con los tres puntos. No tanto por su capacidad para generar juego ofensivo sino porque las fallas de la defensa de River le abrieron las puertas de un triunfo que no se animó a buscar con decisión. En líneas generales, Banfield dispuso de las situaciones más claras: una mala definición de Cervera entrando solo frente a Costanzo, un tiro alto de Eduardo Bustos Montoya, un mano a mano que el arquero le tapó a Omar Pérez y una entrada solitaria de Cervera a las manos de Costanzo.

Si River ratificó que su ubicación en la tabla de posiciones de ninguna manera es producto de la casualidad, fue porque su última línea cometió desinteligencias serias, porque el mediocampo generó poco y nada de fútbol del bueno, y porque adelante tuvo muy poco peso ofensivo. Para colmo, a los 23 minutos del primer tiempo se quedó sin el chileno Marcelo Salas, quien le dejó su lugar por una contractura en el muslo izquierdo a un Maximiliano López que no pudo disimular que su último partido oficial con la camiseta de la banda roja había sido el 4 de mayo En medio de tanta oscuridad, la única luz la aportó Luis González con sus chispazos de calidad. El propio volante estuvo cerca de la apertura en el segundo tiempo con un remate que pasó cerquita del palo izquierdo tras una asistencia del ayer apagado Daniel Ludueña. González volvió a demostrar que entiende -y mucho- el juego, pero entre sus lagunas y la falta de compañía sus intentos perdieron consistencia Por lo demás, el ímpetu de Banfield y su empuje para correrlas todas representaron un obstáculo que River no supo sortear. Cavenaghi resolvió mal las dos chances que dispuso para convertir y en otras jugadas se lo vio lento de reflejos para optar la mejor opción Más allá de que se quedó con las ganas de volver a amargar a los de Núñez, Banfield recibió el punto gustoso por la jerarquía del rival. Para River, en cambio, fue casi como una derrota. Sin embargo, su gente despidió al equipo a puro canto, un poco por fidelidad a los colores y otro para combatir esa incipiente resignación por ver a Boca tan pero tan lejos. River sigue fuera de foco, a los tumbos. La semana que comienza promete ser muy movida. (DyN/AR)

Con un poco más de autocrítica que de costumbre, aunque no demasiada, el entrenador de River, el chileno Manuel Pellegrini, admitió que su equipo «jugó mal» en la igualdad sin goles frente a Banfield, por la quinta fecha del Apertura «El equipo jugó mal. Banfield hizo un buen planteo, presionó en la mitad de la cancha y no le permitió a River dominar la pelota», comentó Pellegrini en el breve diálogo que sostuvo con la prensa luego del encuentro El técnico afirmó que River «fracasó en sus intentos ofensivos» y explicó esta situación parcialmente, a partir de la salida por lesión del delantero Marcelo Salas, afectado por una contractura en el aductor de la pierna derecha. «La salida de Salas nos complicó un poco en lo ofensivo. Ahora tenemos que seguir trabajando para mejorar el funcionamiento y encontrar nuestro potencial», dijo. Entre los jugadores del plantel, el único que no se escudó en el silencio fue el mediocampista Javier Mascherano, quien comentó que «Banfield marcó mucho y River nunca encontró la pelota» • La llegada de Ortega El secretario de River, Mario Israel, se refirió a la situación del delantero Ariel Ortega. «El 5 y el 11 de septiembre habrá dos reuniones entre los dirigentes del Fenerbahce de Turquía (club dueño del pase de Ortega), gente de la FIFA y los representantes de Ariel, para resolver la situación. De acuerdo a lo que ocurra entonces, River negociará o no por el jugador», afirmó Israel La situación de Ortega en la actualidad es complicada porque pesa sobre él una suspensión hasta fin de año y además tiene que pagarle a la entidad turca una suma cercana a los 11 millones de dólares Por su parte, el volante Guillermo Pereyra no jugó ayer porque no se recuperó de una contractura en el aductor derecho. A 'Guille' lo probaron ayer a la mañana y como todavía sentía dolor en la pierna afectada, el cuerpo técnico decidió incluir en su lugar a Oscar Ahumada. Así, el mediocampista Osmar Ferreyra ocupó un lugar en el banco de los suplentes.

Ayer también, antes del inicio del encuentro, la dirigencia de Banfield le otorgó plaquetas a Maximiliano López, Osmar Ferreyra (de River) y Marcos Galarza (de Banfield), por la obtención de la medalla de oro en los Panamericanos.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios