River y Central aburrieron a todos

Las miles de almas que se acercaron ayer hasta el Monumental presenciaron uno de los partidos más aburridos de los últimos tiempos. Lógico, River y Central no se sacaron ventaja y acabaron igualados en cero. El conjunto dirigido por Leonardo Astrada llegaba a este choque luego de vencer con lo justo a Chacarita y con el objetivo de alcanzar una regularidad, pero los problemas extra futbolísticos de Ortega (ver aparte) desviaron la atención del plantel. Más allá de una superioridad de River por la inspiración del Keko Villalba y la voluntad de Funes Mori, quienes tuvieron una chance, el local mostró un juego por demás discreto. El paraguayo Rodrigo Rojas no fue en esta oportunidad el enganche que necesitó, mientras Marcelo Gallardo esperó entre los suplentes. Con el correr de los minutos se fueron sumando al ataque Matías Almeyda con un remate de media distancia, Diego Barrado y Paulo Ferrari, por derecha, y Matías Abelairas, por izquierda, sin preocupar demasiado. River tuvo deficiencias en una última línea endeble, aunque el Canaya llegó poco y nada. El primer tiempo se fue con la sensación de que Astrada iba a mandar a Gallardo a la cancha para clarificar las cosas. Sin embargo, el ingreso del Muñeco se hizo esperar y siguió en cancha Rojas, que tuvo a los 6 del complemento la ventaja con un remate tras asistencia de Paulo Ferrari, pero Galindez se quedó con la pelota. Contestó Funes Mori, pero su disparo de “cucharita” dio en el techo del arco. La superioridad de River, que monopolizó la pelota a partir de los 15 del segundo tiempo, se acentuó con el ingreso de Gallardo en reemplazo de Barrado. El Jefe también le dio minutos al roquense Gustavo Canales, pero Central durmió el partido entre los 20 y 30 minutos del complemento, tuvo la mano del árbitro Néstor Pitana para capitalizar alguna falta en la mitad de la cancha que fue tranquilizadora, e inquietó a Vega con un disparo desde lejos de Gervasio Núñez. Gallardo mostró pinceladas, a Rojas el travesaño le negó el grito de gol a los 34 y así se cerró la historia.

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