Almacén de barrio: hasta 16 horas abierto para que sea rentable

Un mercado en el frente de la casa es el sustento para muchas familias pero implica una plena dedicación, de lunes a lunes. Ser creativos, una de las claves para que tanto esfuerzo valga la pena. Testimonios de cómo subsisten en tiempos de crisis.

Hasta 15 horas al día permanece abierto su negocio. Una puerta lo separa del comedor de su casa. Desde las 9 y hasta las 23 de domingo a viernes, los sábados hasta la medianoche, la despensa Shirel permanece con la luz prendida. Lidia Uribe acude cada vez que el timbre la convoca. Atiende atrás de una ventana con rejas. “Hay que estar muchas horas, todos los días para hacer una diferencia, pero así saco para el día”, respondió la vecina de Bariloche, roquense por elección hace diez años.

El negocio de Lidia hace frente en la calle Chubut al este de Roca, se encuentra dentro del radio del barrio de las 174 Viviendas. Dice que cigarrillo, carga virtual y bebidas alcohólicas es lo que más vende. “No entendés la miseria: compran de a dos papas, pero hacen una carga virtual de 100 pesos. Me han llegado a pedir que les venda ajos por diente”, planteó.

Los olvidos a la hora de cocinar, el pan y fiambre fresco o las galletitas de la tarde son el fuerte de las despensas diseminadas en las calles de la ciudad. En gran parte de los casos se trata de familias que habilitaron un almacén frente a sus casas. “El que no paga alquiler y no tiene empleado es el que resiste a la crisis”, opinó Cristian (46). Al menos ese es su caso: en el cruce de las calles Surinam y Dr. Maradona, en San Cayetano, se encuentra la despensa que construyó hace 12 años frente a su casa junto a su pareja, Pamela (45).

“Los clientes llevan menos, consumen menos. Antes compraban tres litros de leche, ahora uno. En todo lo que es bebidas se nota mucho la baja, y el cuaderno de fiados volvió a full”, apuntó Cristian, que se las rebusca con ofertas. “Por ejemplo, bajo mucho el precio del queso para atraer clientes. Se gana poco con eso pero se llevan alguna otra cosa, como pan. Y se va moviendo”.

En la calle Catamarca al 3625, dentro del barrio Quinta 25, Susana (43) y Luis (51) fraccionan el zapallo por la mitad, el morrón por cuartos y hasta han embolsado una alita de pollo a sus clientes, que llevan para el día. “Compran el mismo importe que antes, de todo menos cantidad. Las ventas no son por más de $ 100 pero cada vez les alcanzan menos cosas”, describió Susana.

La baja se expresa en la caja y la reposición. “Antes era todas las semanas bajar mercadería, ahora repongo cada 20 días, y estamos todo el tiempo atentos a los vencimientos, y sacar promociones para salvar costos”.

“Ante la falta de trabajo pusimos hace 8 años el local en casa, éramos sólo dos mercados. Hoy hay como 15, cada vez más familias que abren para tener para el día”.

Encontrar una vuelta

En tiempos de crisis, la creatividad de los comerciantes es indispensable para sobrevivir. Para Cristian, “la salvación” fue anexar una rotisería al local. “Hace tres años lo hicimos y anda bien en estos tiempos en que trabaja la mujer y el hombre, y muchas veces las familias no tienen tiempo para cocinar”, destacó.

En la calle Evita y Santa Cruz, la apuesta desde el comienzo del negocio fue la pollería. “Tenemos de todo, pero el fuerte es el pollo”, señaló desde el local Eliana (28), y aseguró que en el rubro la diferencia la hace estar abiertos, por lo que abren de 8 a 24 todos los días. “Hacemos ofertas y tratamos de remarcar poco, pero mirá si se sentirá la crisis que es mediodía, hora de tener el negocio lleno, y está vacío”.

“Hacemos ofertas y remarcamos poco pero, mirá si se sentirá la crisis que es mediodía, hora de tener el negocio lleno, y está vacío”.

Eliana (28), atiende un local en Evita y Santa Cruz.

Existe el temor a un robo, por eso Lidia atiende por la ventana.

Susana (43) y Luis (51) fraccionan el zapallo por la mitad, el morrón por cuartos y hasta han embolsado una alita de pollo a sus clientes, que llevan para el día.

Jóvenes que apuestan a emprender en el rubro

Rocío (22) y Lucas (23) compraron hace tres meses el fondo de comercio de un almacén ubicado en la avenida Roca casi Villegas y aseguran que les cambió la vida. Ahora pasan más tiempo con su hijo Francisco (3) y tienen algo propio. “Hay que remarla para que todo tenga salida. Lo que más sale es el queso cremoso, la paleta, las prepizzas”.

La joven pareja advirtió que “la gente busca hacer valer el peso” y por eso les ofrecen ofertas. “Eso es lo que tiene más salida”, aseguraron.

Además sumaron opciones saludables que tienen buena rotación, como hamburguesas de quinoa. Para cubrir el costo del alquiler y tener ganancia tienen abierto gran parte de la semana hasta las 23:30.

“En un mes el aceite subió de $ 40 a $ 44 y después a $ 54. Los clientes llevan menos. El cuaderno de fiados volvió a full”.

Cristian (46), comerciante de San Cayetano.

“Hay que estar muchas horas, todos los días para hacer una diferencia, pero así saco para el día y puedo mantener a mis hijas”.

Lidia, dueña de un almacén en las 174 Viviendas.

“Ante la falta de trabajo pusimos hace 8 años el local en casa, éramos sólo dos. Hoy hay como 15, abren para tener para el día”.

Luis (51), comerciante en el barrio Quinta 25, al norte de Roca.

El dato

fotos: emiliana cantera

Datos

“Hacemos ofertas y remarcamos poco pero, mirá si se sentirá la crisis que es mediodía, hora de tener el negocio lleno, y está vacío”.
Susana (43) y Luis (51) fraccionan el zapallo por la mitad, el morrón por cuartos y hasta han embolsado una alita de pollo a sus clientes, que llevan para el día.
“En un mes el aceite subió de $ 40 a $ 44 y después a $ 54. Los clientes llevan menos. El cuaderno de fiados volvió a full”.
“Hay que estar muchas horas, todos los días para hacer una diferencia, pero así saco para el día y puedo mantener a mis hijas”.
“Ante la falta de trabajo pusimos hace 8 años el local en casa, éramos sólo dos. Hoy hay como 15, abren para tener para el día”.
$ 50
y $ 150 es la compra promedio en los comercios consultados. Aseguran que se mantiene el gasto y llevan menos.
23:00
es el horario límite para la venta de bebidas alcohólicas por ordenanza. Si permanecen abiertos captan esa demanda.

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