Romina: «Estoy preparada para cualquier cosa»

Hoy se escucharán alegatos de las partes

La joven jujeña Romina Tejerina aseguró sentir «culpa» por haber matado a su beba recién nacida porque «me desquité con una criatura», dijo, y recordó que, tras el hecho, en el hospital a donde fue llevada, fue insultada y zamarreada y «nadie quería escuchar que había sido violada».

La joven, en una entrevista que concedió al diario Página 12 en la cárcel del barrio Alto Comedero de la capital jujeña, respondió afirmativamente cuando se le preguntó si sentía culpa por lo ocurrido y admitió que «me desquité con una criatura que no tenía nada que ver, pero si hubiera crecido, no sé, la hubiera rechazado también».

Mientras tanto, el Tribunal de Jujuy que la juzga dio ayer por completada la ronda de testigos en la causa y pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, cuando se escucharán los alegatos de las partes, se le dará la ocasión de hablar a Tejerina y se dictará sentencia. Está acusada de «homicidio calificado» y expuesta a un condena de reclusión perpetua. El juicio continuó ayer con dos nuevos testimonios: el de la asistente social Mabel Cabrera y del psiquiatra del Servicio Penitenciario, Eduardo Padilla, quien aseguró que «no encontré dato que me permitan pensar que había un cuadro psicótico» en el momento de la muerte del bebé.

En la entrevista, Tejerina insistió en que «yo me descargué como no tendría que haberlo hecho. No sabés cuánto recé después para que la criatura se salve, cuando empecé a estar más tranquila rezaba mucho. Sé que a mí no me la podían dejar ver», cuando la nena agonizaba, recordó.

 

El shock

«Yo estaba en shock. Me acuerdo de que me llevaron al hospital y ahí me agarró un oficial Reyes, que yo conocía del barrio, y me empezó a zamarrear, a decirme 'pendeja de mierda, qué has hecho'. Y yo muda, lo miraba. Después vino la neonatóloga y de vuelta a sacudirme, así con odio, que qué había hecho, que no me haga la mosquita muerta porque era un monstruo. Esas son las palabras que tengo grabadas», afirmó.»Lo único que dije ahí mismo es que me habían violado, pero nadie quería escuchar eso, querían que declarara lo otro», aseguró Romina.

«Yo digo que estoy preparada para cualquier cosa, pero la verdad no sé qué me va a pasar», señaló Romina. Luego reiteró que cuando dio a luz «se me cruzó la imagen de él», en referencia al violador, «él me tenía como encerrada porque cada vez que salía lo veía y se me reía, me burlaba. Yo ya no era la misma», luego de la violación, aseguró, «me quería morir». Cuando se le preguntó por qué no pidió ayuda tras ser agredida por su vecino -quien luego fue sobreseido por la Justicia- y al saber del embarazo aseguró que «se me juntaban las amenazas del violador con las de mi viejito, que siempre me decía que era una puta, que si llegaba embarazada le iba a dar un infarto. Porque ellos son así, chapados a la antigua», explicó. «Yo tengo la imagen de mi papá pegando a mi hermana, y a mí también, cuando volvía de la escuela mojada, porque yo era de hacerme pis y arruinaba la ropa que me compraban», recordó. (DyN)

Reclamaron por su libertad

 


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