Manzano Amargo: escapada al último tesoro del norte neuquino

Seguimos la recorrida por las maravillas del norte neuquino. Esta semana nos detenemos bien arriba y al oeste del mapa, en el último enclave antes de la cordillera: Manzano Amargo. Por estos días, ofrece dos de sus joyas nevadas: la cascada La Fragua y el bosque Los Llao Llao.

El salto de agua está a unos 4 kilómetros del pueblo. Hay un espacio amplio para estacionar y un sendero que lleva hasta el mirador reacondicionado.

En la inmensidad del cielo patagónico, mientras sobrevuelan los cóndores y las águilas moras, te va a sorprender la cascada entre las rocas, congelada en parte como la fotografió “Voy” en la primera semana de junio. Solo se congela por completo cuando hay una sucesión de días extremadamente fríos, como ocurrió en el invierno del 2017 cuando la temperatura llegó a 24 grados bajo cero. Pero eso no pasó todavía este año y podes escuchar el sonido del agua al caer contra las piedras, en estas tierras cercanas a Chile que los crianceros utilizan para montar sus puestos de veranada.

Si desandás los 300 metros de sendero (siempre con cuidado por el hielo y la nieve) podés rodear la cascada caminando hacia tu izquierda y luego hacia arriba, en busca del camino de tierra que lleva hasta el bosque Los Llao Llao. Desde ahí, en la mitad del trayecto de unos 5 kilómetros, luego de atravesar el bosque de pinos, podés disfrutar de otra espectacular panorámica de la cascada desde otro ángulo, más elevado, con el fondo de los cordones montañosos.

A medida que avanzás (es una linda experiencia hacerlo caminando) a la derecha observás al arroyo La Fragua, que nace más arriba en las surgentes del bosque Los Llao Llao y luego desembocará en el río Neuquén.
Lo que en el verano es una pradera con caballos, vacas y las chivas y ovejas de los crianceros, en el invierno es una postal nevada, con el suave rumor del arroyo como música de fondo, en un valle blanco ideal para caminar y perderse entre tanta belleza.

El bosque debe su nombre al fruto de los ñires, que los lugareños más antiguos solían comer cuando salían a caminar hasta ahí, tras lavarlos en el arroyo.

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En Manzano Amargo vas a encontrar cuatro despensas abiertas, wifi, señal de celular y cabañas por entre 1.000 y 1.500 pesos por día. Desde Neuquén tenés que tomar la Ruta 22 hasta Zapala, de ahí la 40 hasta Chos Malal (podés cargar combustible), seguir por la 43 , pasar por Andacollo (también podés cargar combustible), Villa Nahueve y Las Ovejas, donde termina el asfalto.

Hasta Manzano son 40 km más sobre ripio consolidado. Antes de llegar a Varvarco, a la izquierda nace la Ruta 54. Unos 5 km después cruzás un puente sobre un arroyo (buen lugar para hacer unas fotos del volcán Domuyo) y desde ahí vas bordeando el río en un camino encajonado entre paredones y rocas, donde están las condoreras. También es el hábitat de otras aves de monte y las acuáticas. Este tramo es uno de los lugares preferidos de los pescadores durante la temporada.

Unos 5 km antes de Manzano Amargo hay un mirador desde donde contemplar el pueblo rodeado de los cerros:todo nevado, es espectacular la vista. Hay que transitar con precaución, por la nieve y el hielo.

Al bosque de Los Llao Llao se puede llegar en una camioneta de doble tracción, pero hasta allí no llega la máquina que despeja la traza.

Más info turística y sobre el estado de los caminos:
Comisión de Fomento de Manzano Amargo, de 07 a 15 hs: 02948-494096
Destacamento Manzano Amargo, las 24 hs: 299 409-3009