Rusia y China contra el «escudo»

Pekín y Moscú (dpa).- El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Jiang Zemin, presentaron ayer en Pekín una declaración conjunta en apoyo al Tratado Antimisiles Balísticos (ABM) y en contra de los planes estadounidenses de crear un sistema nacional de defensa antimisiles (NMD).

El tratado ABM es «la base del actual equilibrio de fuerzas y de la estabilidad en el mundo», se afirma en la declaración, según círculos diplomáticos. En los planes defensivos de Estados Unidos prevalece un «intento de mantener un poderío unilateral en el marco militar y en cuestiones de seguridad», continúa el escrito, citado por la agencia de noticias rusa Interfax.

Además, Putin -quien está realizando una visita de Estado a China que se prolongará durante dos días- y Jiang advirtieron sobre las consecuencias de una eventual violación del ABM (firmado en 1972 por la entonces URSS y Estados Unidos) que, a juicio de ambos mandatarios, podría conducir a una nueva carrera armamentista.

El sistema de defensa misilística de Estados Unidos supone una «seria amenaza» al ABM que «conduciría a la emergencia de una inminente inestabilidad y daría la excusa para el desarrollo de una nueva carrera armamentística e interrumpiría el proceso de desarme», afirmó un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.

Los términos del ABM no permiten el despliegue de un sistema como el pretendido por Estados Unidos, y el gobierno de Washington ha sido reiteradamente rechazado por Rusia en sus intentos de reformar el texto del acuerdo multilateral.

En declaraciones realizadas poco después de la reunión, Putin aclaró además que cualquier violación de Estados Unidos a lo antedicho provocará la «correspondiente reacción» por parte de China y Rusia. Los dos políticos se entrevistaron durante más de dos horas, y dialogaron sobre un amplio abanico de temas bilaterales.

En el aspecto político, el mandatario chino coincidió con Putin en que la cuestión de la separatista república caucásica de Chechenia es un problema de política interna rusa y que ningún otro país tiene derecho a intervenir en el asunto.

Por su parte, el jefe del Kremlin garantizó su apoyo a Pekín en su política de «una sola China» que impida la independencia de Taiwán.

Ambos manifestaron su determinación de luchar contra el separatismo, el terrorismo internacional y el extremismo religioso.

Putin y Jiang firmaron varios convenios para la cooperación en el sector energético y en la investigación nuclear, así como en las áreas bancaria, educación y construcción.