Sale a quemar las naves para entrar en la historia
Coronel apuesta a liquidarlo en los primeros 25’.
torneo del interior
Archivo/Matías Subat
El capitán, Nico Peralta, y el mejor jugador, Orlando Porra. Los dos estuvieron en la gran campaña de 2005 y quieren revancha.
CHIVILCOY (Sebastián Busader, enviado especial).- Para los dos clubes serán 90 minutos trascendentales, se esos que no se olvidan con facilidad. Independiente de Neuquén está ante la oportunidad de regresar al Argentino B nada menos que en la cancha, algo que jamás consiguió un equipo regional. El domingo pasado jugó su primera final, la ganó por 1-0 y llega con una ventaja mínima. Su homónimo de Chivilcoy afronta esta definición como lo más importante de su historia futbolística.
La final II por el ascenso directo del Torneo del Interior se jugará a las 15, en el estadio “Raúl Lungarso” de esta ciudad y bajo la atenta mirada del árbitro rosarino Marcelo Sosa. La cancha está a unas 20 cuadras del centro de la ciudad, mostrará tribunas colmadas y en el césped una lucha incansable.
Mucho de lo que sucederá en esta vuelta tendrá que ver con el cotejo de ida. Es que en el inseguro estadio de La Chacra neuquina, el juego de la pelota pasó a un segundo plano y la historia se pareció más a una riña callejera. Golpes, peleas constantes, mañas a la orden, nervios y sangre gobernaron el ambiente de principio a fin.
Cada uno de esos episodios condicionó el juego de hoy por la tarde. A los de Chivilcoy, porque perdieron a tres hombres importantes (Guilino, Iarosi y Pellerano), al conjunto de Coronel porque además de tener una baja de relevancia en la defensa (Facundo Salinas, reemplazado hoy por Kraulec), sufrió amenazas y llegará con la incertidumbre de no saber qué puede suceder ahora en el terreno de lo extrafutbolístico. Es más, por todas estas cuestiones el plantel no se hospedó en esta ciudad sino en 9 de Julio, a unos 100 kilómetros.
Durante la semana, los dirigentes del Rojo neuquino y los de Lifune tuvieron que moverse con rapidez para conseguir que el Consejo Federal, el Coprosede y los organismos nacionales de seguridad tengan constancia de los graves hechos de violencia del domingo pasado. El mismísimo Orlando Porra, blanco móvil de muchas de las agresiones de los banaerenses (lo culpan por un presunto puñetazo a Tenaglia en el inicio) hizo un denuncia policial acusando al técnico Alberto Salvaggio de haberlo amenazado de muerte. Por eso habrá veedor y un fuerte operativo policial, a pesar que los hinchas visitantes deberán sufrir por radios las instancias de un cotejo que esperaron más de 30 años.
Ese es el pasado reciente que rodeará la finalísima y jugará en la cabeza de cada uno de los protagonistas, aunque aquí con mucho tino se busque bajar las ‘pulsaciones’ previas. “Hasta hace un par de días el clima estaba muy caldeado en la ciudad, pero ahora que se sabe que no vendrá público visitante, está todo bien. Seguramente va a ser un partido duro, de dientes apretados, pero afuera de la cancha no creo que suceda nada raro”, explicaron ayer dos técnicos de las inferiores de Independiente de Chivilcoy, quienes pusieron un ejemplo para llevar tranquilidad: “Nosotros para mañana (hoy) invitamos a los 300 chicos de las categorías formativas para que, junto a sus padres, vayan a la cancha. Eso porque tenemos garantías de que nada malo va a suceder”, señalaron.
En el Rojo neuquino el equipo salía de memoria hasta después de la definición con Tiro Federal. Gustavo Coronel estaba convencido que el 4-4-2 era el traje que mejor le sentaba a su equipo, porque le daba mayor equilibrio en la mitad de la cancha, sufría pocos sofocones y contaba en el ataque con una dupla simbiótica: Porra y Mauricio Villa. Sorprendió que se cambiara justo en la final, pero le salió bien. Es cierto que Juan Carpinello no tuvo un gran partido, pero Independiente ganó por la mínima (gol de Ancatén) un partido “chivo” y hoy el DT mantendría el mismo 4-3-1-2, con Lalo de enganche, más el Tate y Villa en el ataque.
Es que Coronel quedó conforme con el trabajo del medio -Leiva, Ñanco, Ancatén- y cree que con el trío de punta puede lastimar mucho esta tarde, ya que esta vez Independiente de Chivilcoy tendrá que salir a proponer, algo que no hizo en la ida. La ilusión neuquina es encontrar mal parada la defensa visitante y liquidar la historia de contragolpe.
En Chivilcoy este partido es el más importante en la historia futbolística, al menos del club que se instala en la avenida 22 de Octubre al 651 (ver aparte). En el cuerpo técnico local jugaron a las escondidas para ofrecer el 11 de arranque, aunque uno de sus integrantes aclaró que el Diablo bonaerense buscará “el partido desde el minuto cero, con un enganche y tres titulares”. Es decir, en el fondo se pararía con tres defensores, algo que Coronel desea con el alma. “Hay que salir a quemar las ‘naves’, tenemos que liquidarlos en los primeros 25 minutos”, pidió Coronel en una de sus últimas arengas.
Archivo/Matías Subat
Sebastián Busader analiza la final II por el ascenso directo (enviado especial).
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