Salto, de frente contra su ex socio

Busca recuperar espacio ante Arriaga.

Habla acuciado por una necesidad: la de recuperar poder político.

Instalarse de nuevo con un protagonismo e influencia que, con furia de monzón, los avatares de la política le podaron.

Se trata de Julio Salto, líder del Movimiento Popular, ex intendente de Cipolletti, ex legislador provincial, ex candidato a vicegobernador y ex candidato a diputado nacional.

Y ahora, candidato a primer concejal y primer convencional en las elecciones del domingo en esa ciudad.

Como se sabe, 41.500 cipoleños están habilitados para votar ese día para renovar la mitad del Concejo Deliberante y elegir convencionales destinados a reformar la Carta Orgánica municipal.

Mire por donde la mire, para Salto la elección tiene perfiles de «pared negra», esa ola alta, larga y feroz con la que suelen lidiar los marinos. Llega a las urnas luego de luchar por expectativas mayores de poder que la de una concejalía. En alguna medida, desde lo institucional, su vida política está cerrando un círculo. Desde esa perspectiva, el periplo se inició como intendente de Cipolletti y describió un arco que lo coloca de nuevo en el terruño.

Pero ese espacio hoy tiene otro perfil con poder propio y mayor que el que posee Salto: el intendente Julio Arriaga, líder del Frente Grande y candidato a convencional. Piruetas tiene la historia: mucho del poder con el que Arriaga partió como para soñar hoy con ser gobernador, lo armó de la mano de Salto.

Pero Salto no parece dejarse arrinconar por la nostalgia de días mejores. Tampoco por el reacomodamiento emotivo que conlleva haber perdido poder en manos de un ex socio. A todo antepone una virtud como político: esa tenacidad que Julio Roca definió como «imprescindible y necesariamente feroz» para hacer política: seguir y seguir, cualquiera sea la adversidad.

Ahora Salto puso en marcha sus expectativas computando un antecedente: los 11.238 votos que logró en la elección del «99 para diputados nacionales, 2.000 menos que la entonces pletórica Alianza.

Luego acomodó su discurso de campaña a una realidad: con el manejo de la comuna y el respaldo del ministro de Acción Social, Daniel Sartor, Arriaga no está escaso de recursos para ganar voluntades donde no las tiene, o aferrar las que ya había cosechado.

Conclusión de Salto: Arriaga parte con ventajas. «¿Por dónde filtrar entonces mi discurso?», se preguntó entonces. Y eligió tres caminos:

*Hizo de aquella ventaja de Arriaga, una denuncia de estar sustentada en el clientelismo político. Denunció la existencia de una red de punteros destinada a instrumentar esa ayuda y también la de galpones acopiando mercadería. Salto jamás se hizo ilusiones de que sus denuncias conmovieran el cuadro político cipoleño. Las necesidades por la que atraviesan amplias franjas de la sociedad transforman al clientelismo en una herramienta «honorable». Pero tampoco podía dejar pasar el tema.

* Marcó una diferencia tajante entre la administración Arriaga de la comuna del «96 y «97, cuando ambos estaban junto en el MPP, y la actual. Entonces habló del sesgo -inquietante, lo definió- que tienen contratos y decisiones firmados por el Arriaga de hoy. Advirtió, por caso, sobre lo caro que resulta el servicio de barrido y limpieza. Y señaló, por ejemplo, que mientras el intendente promueve la disminución a la mitad del número de concejales para reducir gastos del Deliberante (su funcionamiento cuesta el 3% del Presupuesto según Salto), nada hace para recortar los gastos del Ejecutivo (96% según la misma fuente). Estos son sólo dos de los casos afines a Salto a la hora de hacer campaña, la que trató incluso de vigorizar presentando su propio plan de gastos para el municipio.

Un Salto que anida una esperanza: que el conocimiento que tiene la clase media de Cipolletti de los candidatos a concejales y convencionales que lleva el MPP, le sirva de mucho este domingo.

¿Servirle ante quién?

Ante la lista que para esos puestos lleva el arriaguismo, donde abunda el perfil de la «sábana». O sea, ese lote que sólo triunfa si la tracciona un dirigente de peso: para el caso, Arriaga.

Y entre éste y Salto, el domingo se dirime la elección.

Con padrones y mesas algo vacías

CIPOLLETTI (AC).- Entre rechazos, modificaciones de domicilio y pedidos de eximición de ciudadanos, casi el 50% de las personas convocadas como autoridades de mesa en las elecciones del domingo no podrán estar. En tanto, recién hoy la comunidad podrá acceder a los padrones definitivos para saber en qué lugar le corresponderá votar.

Este hecho, que se está tornando recurrente, aparece como uno de los principales escollos por estas horas para la Junta Electoral municipal que tiene a su cargo la organización del acto eleccionario.

En algunos casos porque las personas se mudaron y no efectuaron el cambio de domicilio correspondiente, en otros porque sus situaciones particulares no le permiten estar y por varias causas más es que la junta se encuentra ante un verdadero problema.

Un dato significativo: para cubrir los 450 cargos de autoridades de mesa debieron enviarse 900 cédulas. Además se agrega la incertidumbre de no saber cuántas realmente concurrirán a cumplir con esta carga pública.

Ya están los números definitivos. Serán 41.423 electores que se repartirán en 145 mesas. Los ciudadanos argentinos habilitados son 39.385 quienes votarán en 70 mesas para mujeres (20.191 electores) y 66 masculinas (19.077). Habrá una mesa mixta que estará ubicada en el colegio número 247 de Rincón de Las Perlas con 117 electores, de los cuales 54 serán mujeres y 63 varones.

En cuanto a los extranjeros, que votarán en el CEM 12 de calle Paraguay 1.070, lo harán en 8 mesas. Habrá 2.038 ciudadanos habilitados para sufragar, 903 son mujeres y 1.135 varones.

El crecimiento respecto de 1999 fue cercano al 2%. Entonces hubo 39.854 personas habilitadas, divididas en 140 mesas, es decir 1.569 electores menos que en esta ocasión.

Respecto de la seguridad, Jorge Villanueva -titular de la junta- indicó que luego de mantener algunas reuniones con las autoridades policiales convinieron en que habrá dos efectivos por establecimiento donde se vote, además de recorridas de patrulleros.

El Frente dice que el Tribunal Electoral está influenciado por la prensa

VIEDMA (AV).- El Frente Grande apeló el llamado de atención del Tribunal Electoral y aseguró que su planteo «no era una amenaza», aunque descalificó la opinión de los camaristas al evaluar que esa reacción es consecuencia de una publicación de este diario. Definió que el cuerpo «ha exagerado mediáticamente» y que su escrito no justifica «la grave sanción y tanta susceptibilidad».

Hace una semana, el cuerpo electoral -que preside Gustavo Azpeitía e integran Juan Pablo Videla y Fernando Laborde Loza- hizo público su desagrado y calificó de «amenaza intolerable» un tramo de la presentación con la que el Frente Grande definió su interpretación sobre los alcances del artículo 175 de la Constitución Provincial, que establece la reelección del gobernador y el vice.

En su elevación, el Frente Grande -que conduce Alberto Weretilneck- advirtió que hace «reserva de denunciar penalmente por violación de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad, prevaricato y/u otro delito, a cualquier funcionario que intente sepultar una vez más la previsibilidad institucional».

Este párrafo originó el llamado de atención del Tribunal, para quien la advertencia «constituye una velada amenaza intolerable por sus términos indecorosos y resulta impropia la reserva formulada».

Ahora, la «revocatoria con apelación en subsidio» del Frente Grande ataca la «inaudita» decisión del Tribunal de «testar parte del texto» y que originó el severo llamado de atención a los firmantes Weretilneck y los letrados Hugo Frare y Ricardo Apcarian.

El Frente Grande entiende que su postura fijada en la presentación tiene un «profundo contenido jurídico y de respeto», en la cual se anuncia la decisión de «continuar por todos los medios la defensa irrestricta de la Constitución y las leyes», alcanzado a quien «alcance independientemente de la investidura que transitoria o permanentemente le toque asumir. La defensa de la Constitución -agrega – es siempre un valor superior a la susceptibilidad de los funcionarios que deben aplicarla».

Sostiene que con su advertencia, el Tribunal Electoral se apresuró en la sanción «a instancias de una publicación» del diario «Río Negro».

Y dice el Frente que la sanción ha «devenido por la publicación» y nada aclara sobre cuáles «son los términos agraviantes de un procedimiento que es absolutamente normal en derecho».

El Frente califica de «magra» la fundamentación de la sanción formulada por el Tribunal. Luego, el Frente señala que el Tribunal ha «exagerado mediáticamente» la relevancia de un párrafo y que «su único sostén es la doctrina Torrengo» -periodista de este diario que, según Weretilneck, influyó con una nota del domingo 17 para que se sancionara al partido que lidera.

La presentación también alude y transcribe -como prueba de la «verdadera dimensión política» del caso- una nota que Frare remitió a Carlos Torrengo.

Se cuestiona que «esa aclaración nunca» fue publicada (N/R: fue dirigida al periodista sin pedido de publicación ni definirse que tenía el carácter de carta de lector).

Además, se pide la intervención a la Federación y del Colegio de Abogados por entender que la sanción judicial «es una cortapisa insalvable» y «una restricción a la variedad argumental que pueda utilizar el letrado».


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