San Lorenzo, la clasificación y nada más
En un cotejo para olvidar, el 'Santo' pasó a octavos. Sólo los últimos diez minutos valieron la pena.
Los dos quedaron en deuda. Sólo ofrecieron un poco de emoción en el final de 90 minutos para el olvido. El San Lorenzo 'muleto' supo hacer valer el 2-1 que obtuvo en su casa, aguantó las pocas embestidas de Banfield y con muy, pero muy poco se aseguró el pase a los octavos de final de la Sudamericana. El 0-0 final fue fiel reflejo de lo que ambos ofrecieron.
De esta forma, el equipo de Oscar Ruggeri se sumó en esta instancia a River, Boca y Gimnasia, que entraron derecho a esta fase.
Fueron 80 minutos muy malos y los últimos 10 vibrantes, con un Banfield desesperado que iba con ímpetu pero sin ideas, y un «Ciclón» que se cobijaba en la seguridad de Agustín Orión. Así se fue el partido. Con festejo azulgrana.
Lo cierto es que los primeros 45 minutos fueron un verdadera padecimiento para la vista. Dos equipos poco comprometidos con el espectáculo, con una carencia total de ideas y temor a la hora de proponer de mitad de cancha en adelante.
Los primeros 5 minutos fueron apenas un espejismo. Un rapto de lucidez de un Banfield que salió con todo en busca de dar vuelta el partido de ida, y que casi marca en la primera jugada clara, cuando Esteban la tiró por arriba.
Después de eso, llovieron 41 minutos repletos de imprecisiones y desaciertos. Un bodrio que se desató y que sólo se detuvo cuando Favale los mandó al vestuario. Apenas valieron la pena algunas jugadas del solitario Darío Botinelli y un zapatazo de Tula que se fue por arriba del horizontal de Lucchetti. Así se esfumaron 45 minutos transformados en verdaderos puñales para los ojos.
La segunda parte comenzó con todo, y los augurios fueron los mejores. Carlos Leeb mandó a la cancha a «Matute» Morales y el enganche preocupó en los primeros minutos; es más, a los 15 segundos metió una buena pelota para Aparicio que terminó en el travesaño de Orión.
San Lorenzo intentaba controlar el balón y hacer que Banfield entrara en la desesperación. Así y todo, el local lo acorraló y pudo ganarlo, de no ser porque Lujambio y cía no estuvieron finos, y porque Orión jamás falló. El «Santo» lo tenía controlado, pero lo expulsaron a Rivero y se le complicó.
A tal punto que en los últimos diez sufrió, y de lo lindo. Pero Banfield no estuvo preciso, y San Lorenzo tuvo a Orión. Con eso bastó.
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