Sapag sostiene que Sobisch se cree «un emperador»
El líder de la ortodoxia del MPN cargó contra su contrincante en la interna partidaria. Entre otras cosas, criticó los viajes del gobernador. No obstante, dijo no estar seguro de ganarle.
NEUQUEN (AN).- «Don Felipe, ¿está vivo?», pregunta asombrada la gente que golpea la puerta de su casa para pedir ayuda, un consejo o a menudo un dato para orientarse en la búsqueda de un empleo. «Sí, aquí estoy, preparado para cumplir 85 años», responde este político que está dispuesto a perder su invicto electoral en una pelea doméstica, de poca monta para el común de los mortales pero vital para él y el gobernador Jorge Sobisch.
Sapag habla pausado y camina rápido. El personal de limpieza sirve dos cafés. Y Chela, su esposa, pregunta antes de la entrevista con «Río Negro»: «¿Ustedes son periodistas? Trátenlo bien».
En su escritorio, ubicado en la planta baja de su chalet de Belgrano 555, y rodeado de sus recuerdos más sentidos, Sapag habla con nostalgia del pasado y es implacable a la hora de disparar críticas contra Sobisch: «No se justifica un viaje con un séquito de 45 o 50 personas, en los más grandes hoteles, 10 o 15 días. Eso es una soberbia, considerarse un emperador o un rey. No lo hace el presidente la Nación».
Sapag hace campaña desde su casa. Saldrá a la calle 15 días antes del 5 de agosto, fecha de las elecciones internas del MPN. Ese domingo se enfrentará con Sobisch, quien pretende retener el control del partido.
La entrevista lleva ya más de 20 minutos y Sapag ahora sube el tono de voz, se entusiasma y vuelve a la carga con un clamor: «Olvidémonos de los mafiosos de Estados Unidos y Europa que vienen a chuparnos la sangre».
El ex gobernador dice que no regresa a la función pública aunque gane en esta interna. Sabe que arriesga mucho y no se anima a pronosticar un resultado a su favor. A continuación argumenta: «¿De qué vale que me quede con la historia y la gloria de que nunca perdí una elección? No importa; si la pierdo mala suerte. Si eso ocurre voy a pensar que hice lo que debía hacer, que no me quedé quieto. Porque alguien tiene que decir que esto está mal». A Sobisch lo considera «un adscripto» al modelo «neoliberal». Ya se sabe que a Sapag no le gusta esta política económica. A Domingo Cavallo lo definió varias veces como «gerente de las multinacionales». Ahora dice que los bancos y las grandes empresas son «una mafia internacional». Y está seguro que el presidente Fernando de la Rúa hoy «sufre las consecuencias de una política que lleva 20 o 30 años» en la Argentina.
La privatización de TAN aún lo ofende. «Mire lo que hizo (habla de Sobisch) con esta empresa que cubría la provincia, viajaba a Mendoza, a Chile. Prácticamente la negociaron por un millón y medio con una legislación oscura». Luego protesta porque la justicia no investigó las denuncias que presentaron ex diputados de su sector. Sapag opina que Sobisch «en cierta forma y en la medida que ha podido» está desarmando el modelo del MPN que él y otros fundadores del partido diseñaron desde su origen. «Ahora con la Legislatura no ha podido hacer lo del gobierno anterior, cuando tenía las manos libres», dice en voz baja, en una casa donde gobierna el silencio y en el jardín se respira un exquisito aroma a verde.
La luz del flash que dispara una y otra vez el fotógrafo no lo distrae y vuelve a marcar diferencias con Sobisch. Ante una pregunta responde que no llamó a Carlos Menem por teléfono para solidarizarse por el arresto domiciliario que cumple el ex presidente de la Nación por orden del juez Jorge Urso. Sobisch sí lo hizo, al igual que el vicegobernador, su sobrino, Jorge Sapag. «Apenas llegó de Europa saludó a Menem y Menem es el gran causante» de las dificultades que hoy enfrenta la Argentina, asegura un hombre que hace tiempo ya no lleva las ansiedades encima.
Felipe Sapag no tiene mucha simpatía por Menem. En verdad nunca la tuvo. Cuando en 1988 el riojano se encontraba de campaña, en plena lucha interna por la candidatura a presidente dentro del justicialismo, aterrizó en Neuquén con su entonces aspecto caudillesco.
La primera actividad de Menem fue visitar a Sapag. La reunión fue breve, en Belgrano 555. Palabras más, palabras menos, el ex gobernador le aconsejó volver cuando fuera presidente. Menem llegó a la cima de la carrera política, pero nunca olvidó aquel gesto poco amistoso. Sapag tampoco parece olvidar el paso del ex presidente por la política argentina.
«De la Rúa debe terminar su mandato»
NEUQUEN (AN).- «Yo deseo que termine, ¡por Dios!». Felipe Sapag no se prende en versiones sobre una renuncia anticipada del presidente Fernando de la Rúa. Eso sería «destrozar la democracia», asegura.
Para el ex gobernador, la crisis política y económica de la Argentina es una expresión de que «estamos llegando a un punto terminal del modelo que llaman neoliberal».
Sostiene que el país hoy vive un conflicto más grave que el de la década del «30. «En esa crisis la gente vivía con un peso, compraba carne, leche, alpargatas y todavía le sobraba plata».
El recuerda bien aquellos años duros, cuando en el país también gobernaban los radicales. Fueron tiempos en que su padre, Canaán Sapag, se fundió y él no pudo completar sus estudios secundarios en una escuela de Bahía Blanca.
Sapag se asombra cuando piensa que «el 40% del presupuesto» de la Argentina se destina al pago de intereses de la deuda externa. El país «está en un punto de este modelo en que hay que darlo por terminado y el gobierno debería tener la valentía de decirlo». No le echa la culpa a De la Rúa de lo que está ocurriendo. Lo coloca como un hombre que «sufre las consecuencias».
El caso Argemofin
NEUQUEN (AN).- El ex gobernador Sapag está enojado con la Justicia neuquina. Dice que la investigación promovida durante su última gestión para saber qué pasó con el negocio financiero de los bonos que se canalizaron a través de Argemofin prescribe en octubre próximo. «Es un hecho claramente doloso que va a quedar impune de acuerdo a cómo trabaja la Justicia de Neuquén», sentenció.
Argemofin es una financiera a la que acudió Jorge Sobisch en su anterior gestión para realizar operaciones de compra y venta, pero el saldo de estos movimientos significaron pérdidas para la provincia estimadas en 72 millones de pesos.
La financiera está siendo investigada por los integrantes de la comisión del Congreso de la Nación que analiza la información que llegó desde Estados Unidos sobre el lavado de dinero en la Argentina, según confirmó a este diario, en una entrevista publicada esta semana, la diputada de ARI -Argentinos por una República de Iguales-, Elisa Carrió.
En la justicia provincial se investiga el costado financiero de este negocio. Sapag recuerda que ocho meses después de presentar la demanda, le preguntó al asesor de Gobierno, Marcos Silva, cómo marchaba la investigación. «Al otro día me dijo que el fiscal Mario Rodríguez Gómez le había dicho que no entendía de títulos, que era un trabajo especializado y no lo había pasado al juez». Cuando las autoridades amenazaron con ir en queja al Tribunal Superior de Justicia, la investigación comenzó a «andar en marcha lentísima», recordó Sapag.
Sobre la posible relación de Argemofin y el lavado de dinero dijo que «es posible», pero aclaró que no tiene información y «eso está en manos de Carrió».
Un guiño para el intendente Quiroga
NEUQUEN (AN).- Una palmadita en la espalda dada por Felipe Sapag no es poco para un político que, como Horacio Quiroga, está en ascenso en las encuestas. «Es un muchacho promisorio, está trabajando con ganas, con fuerza y se hace ver».
Mientras Sapag le echa un guiño, también reta al intendente. Recoge la queja de vecinos que lo visitan y lo consultan sobre el pavimento, a cambio de pagar con dinero o con la casa, hipoteca mediante. «Yo les digo que el pavimento valoriza la propiedad pero también que jamás hipoteque la casa».
Sapag sostiene que las estadísticas podrán decir que la desocupación descendió un punto en la provincia, un dato que aún no fue confirmado oficialmente. Pero aclara que aunque la tasa haya descendido, la realidad indica que «este problema es más grande en la provincia». «En el interior es un azote. La gente pasa miseria que nunca vivió y la gente desfila pidiendo trabajo», diagnostica el candidato a presidente del MPN. El ex gobernador dice que el problema laboral lo sufren tanto los jóvenes, como los de mediana edad y los mayores.
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