Saturados y sin equipamiento

ROCA (AR).- La situación de crisis en la cárcel no sólo afecta a los internos. Hay poco personal y el que está prestando servicios está saturado. Por ejemplo, el grupo de requisa que está integrado por 12 efectivos llevaba ayer tres días seguidos trabajando en el Penal 2. “Están acá y van a sus casas a bañarse y a dormir un rato. Desde hace tres días que no descansan”, dijo una fuente judicial consultada por este diario. En la requisa de ayer se logró reunir a 140 personas que -en muchos casos- vinieron de manera voluntaria a realizar ese trabajo y como una forma de solidarizarse con el resto de sus compañeros. “Todos estamos saturados. Acá no hay mandos medios, o sea que una sola persona se encarga de todo lo que pasa”, dijo otro de los uniformados, quien relató que la falta de personal la notan los propios internos, lo que también los lleva a intentar una y otra vez las fugas. Sólo promesas La requisa de ayer se debió haber realizado la semana pasada, teniendo en cuenta la sospecha del ingreso de un arma de fuego. Desde el área de suministros se habían comprometido a entregar cascos, chalecos y escudos antibalas para protegerse de un posible ataque armado durante la inspección. Pero los equipos nunca llegaron a destino. “Lo hicimos con lo que teníamos”, dijo un policía.


ROCA (AR).- La situación de crisis en la cárcel no sólo afecta a los internos. Hay poco personal y el que está prestando servicios está saturado. Por ejemplo, el grupo de requisa que está integrado por 12 efectivos llevaba ayer tres días seguidos trabajando en el Penal 2. “Están acá y van a sus casas a bañarse y a dormir un rato. Desde hace tres días que no descansan”, dijo una fuente judicial consultada por este diario. En la requisa de ayer se logró reunir a 140 personas que -en muchos casos- vinieron de manera voluntaria a realizar ese trabajo y como una forma de solidarizarse con el resto de sus compañeros. “Todos estamos saturados. Acá no hay mandos medios, o sea que una sola persona se encarga de todo lo que pasa”, dijo otro de los uniformados, quien relató que la falta de personal la notan los propios internos, lo que también los lleva a intentar una y otra vez las fugas. Sólo promesas La requisa de ayer se debió haber realizado la semana pasada, teniendo en cuenta la sospecha del ingreso de un arma de fuego. Desde el área de suministros se habían comprometido a entregar cascos, chalecos y escudos antibalas para protegerse de un posible ataque armado durante la inspección. Pero los equipos nunca llegaron a destino. “Lo hicimos con lo que teníamos”, dijo un policía.

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