Se agrava la crisis por el basural de Bariloche
Ayer los vecinos mantuvieron cerrado durante varias horas el acceso de camiones y sólo lo liberaron con la condición del cierre "total y definitivo del vertedero", reflejada en un petitorio.
SAN CARLOS DE BARILOCHE- Los vecinos del barrio El Pilar resolvieron dejar de ser espectadores en la polémica por el basurero municipal. Ayer colocaron una barricada para impedir el ingreso de nuevos camiones y protestar así por la falta de definiciones sobre la nueva localización del vertedero.
Hartos de la desidia de los funcionarios comunales, cerraron el paso a todo vehículo que quisiera descargar residuos y mantuvieron agrias discusiones con algunos conductores. Pasadas las 14 aceptaron retirarse luego de entregar un petitorio al secretario de Obras Públicas, Aníbal Castaldi.
El bloqueo del ingreso se prolongó por unas seis horas y demoró el volcado de casi sesenta toneladas de basura domiciliaria, que habían recogido como todos los días los camiones de la empresa Cliba.
Mientras, en el sector Este del basural seguía humeando el incendio que se desató hace una semana y, según los manifestantes, ya provocó problemas respiratorios en numerosos chicos y ancianos del vecino barrio El Pilar.
Sólo una decena de mujeres con sus chicos (parecían muchas más por la indignada decisión que exhibían) bastaron para impedir el ingreso desde la mañana temprano a cualquier transporte que trajera basura.
Mientras duró la protesta recibieron un par de visitas del director municipal de Medio Ambiente, Marcelo Lauría, quien reconocía que el vertedero está «colmatado» e insistía en que hay proyectos en firme para trasladarlo, pero no logró convencerlas. Las vecinas querían que el intendente César Miguel u otro funcionario de mayor jerarquía que Lauría se comprometa «por escrito» a brindar una solución.
Mientras tanto, en medio del polvo y la tenue humareda, el gerente de Cliba le sacaba el jugo a su celular tratando de ubicar a algún responsable del municipio.
La tarea no le resultó fácil, ya que desde hace días el desgobierno de la ciudad es bastante más que una metáfora. La intendencia está tomada por el Soyem -que tiene tres sueldos sin cobrar- y el Concejo por los estudiantes secundarios, mientras que en el Corralón hace varios días que no aparece un funcionario. Por la misma insólita razón, los vecinos no tenían una oficina ni un mostrador donde entregar su petitorio.
En ese marco, la caótica situación del basural es sólo un emergente más. En el escrito avalado por más de 50 firmas, los vecinos piden el cierre «total y definitivo del vertedero» de basura «sin más plazos ni tiempos».
A media mañana las mujeres recibieron la discreta visita de un móvil policial, cuyos ocupantes sólo escucharon el planteo sin intentar disuadirlas. También pasó por el lugar el concesionario del vertedero, Mario Vessuri, quien les dio «toda la razón» y les sugirió presentar un recurso de amparo.
El empresario aseguró que el municipio le debe 300 mil pesos y que sigue trabajando a pérdida, pero no se decide a rescindir el contrato «porque no queda nadie que se haga cargo» del servicio.
A todo esto, una docena de camiones y pick ups con desperdicios varios tuvieron que pegar la vuelta sin poder entrar al basural, mientras el personal de Cliba esperaba una solución.
Una historia de promesas incumplidas
Casi como una letanía, desde hace varios años cada funcionario que pasó por la dirección de Medio Ambiente repitió que el basurero no daba más y urgía definir un nuevo destino para los residuos sólidos. La Cooperativa de Electricidad advirtió la emergencia, avizoró el negocio y presentó un proyecto de relocalización, que nunca tuvo respuesta.
El actual director municipal del área, Marcelo Lauría, dijo en marzo pasado que este vertedero no llegaría a fin de año y que para estos días estaría resuelta la adjudicación de una nueva concesión.
– ¿Por qué pasaron los meses y no se hizo la licitación? -le preguntó ayer «Río Negro».
– El proyecto estaba preparado pero el intendente Miguel nunca tomó la decisión política (de convocar a los oferentes).
– ¿No será porque la CEB lleva todas las de ganar?
– Yo no lo dije…
Al margen de las disputas y recelos que demoran la solución, el desborde del sistema quedó reflejado ayer en dos episodios ilustrativos:
*Supuestamente está prohibido arrojar en el basurero desechos cloacales, pero los vecinos aseguraron que uno de los camiones a los que vedaron el paso era el de Atmosféricos Cacho. Consultado el concesionario del vertedero, dijo que «por contrato» no está autorizado a seleccionar la basura. En otras palabras, reciben todo: químicos, aceites, barros cloacales y hasta radiactivos, si les llevan. La discriminación debería ejercerla el municipio.
* Uno de los camiones que no pudo pudo entrar era un portacontenedores de la empresa «Buby», cuyo conductor sin más trámite giró en redondo y arrojó su carga en el basural clandestino ubicado en una cava privada, justo enfrente.
SAN CARLOS DE BARILOCHE- Los vecinos del barrio El Pilar resolvieron dejar de ser espectadores en la polémica por el basurero municipal. Ayer colocaron una barricada para impedir el ingreso de nuevos camiones y protestar así por la falta de definiciones sobre la nueva localización del vertedero.
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