Se ahorcó el contador que baleó a su colega

La muerte de José Parsons generó el reclamo de sus familiares y del abogado defensor para que se determine la responsabili-dad de quienes subestimaron la tendencia suicida del detenido.

Archivo

SAN CARLOS DE BARILO-CHE (AB)- El suicidio del contador José Parsons, ocurrido ayer en el Penal III, volvió a exponer la precariedad que soporta el sistema carcelario en esta ciudad y las gruesas falencias del servicio de Salud Mental rionegrino.

Parsons ingresó al Penal el 21 de noviembre derivado desde el servicio de Salud Mental del Hospital Zonal, donde cumplió la primera parte de su arresto por el intento de homicidio de su socio Daniel Galindo, ocurrido el 25 de octubre. En esa oportunidad el agresor trató de quitarse la vida luego de balear a su colega.

Antenoche, utilizó un cordón de algodón -que sería de un pantalón- para colgarse en los sanitarios del pabellón semiabierto donde estaba alojado, y fue hallado cerca de la una por dos reclusos que intentaron asistirlo.

Intervino el fiscal Marcos Burgos y la médica policial Agustina Sarmiento, quien certificó el deceso por “asfixia por ahorcamiento”.

El abogado defensor de Parsons, Nelson Vigueras, criticó en duros términos al juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi y a los profesionales de Salud Mental, que subestimaron la patología y la tendencia suicida del contador y ordenaron su detención en la Unidad Penal, precipitando el fatal desenlace. “Es absolutamente grave lo que ha ocurrido. Hay una persona imputada de haber cometido un delito cuya vida había sido confiada al Estado que aparece muerta” destacó Vigueras.

El jefe de la unidad penitenciaria, comisario Manuel Poblete, dijo a “Río Negro” que “el detenido llegó sin diagnóstico específico de Salud Mental y el 22 le dimos intervención a su psiquiatra personal que lo medicó”.

El contador fue alojado en el sector de “autodisciplina”, un lugar semi abierto reservado a los condenados con régimen de salidas transitorias, en razón de su edad e inestabilidad anímica. Poblete explicó que “en la mayoría de los casos van a esa área por mérito, pero en este caso fue por salud” y consideró que Parsons “tenía un problema profundo que se le pasó por alto a Salud Mental”.

De hecho esta semana la defensa solicitó la excarcelación del procesado para que pudiera realizar un tratamiento ambulatorio de su patología y llegar “vivo al proceso”. El pedido contaba con el aval del informe realizado por el psicólogo forense Oscar Benítez quien señaló que el contador presentaba un trastorno por estrés postraumático crónico que puede constituir un trastorno mental transitorio “cuando la esfera cognoscitiva y volitiva del autor de los hechos delictivos estuvo y/o está afectada gravemente”.

También notificaron a las autoridades del Penal III que en esa fecha se cumplía un año de la muerte de Tabaré Parsons, padre del infortunado contador. “Era una fecha absolutamente sensible para mi defendido” dijo Vigueras.

El jefe penitenciario no hizo referencia a la notificación, pero advirtió que “hay internos que no deben estar en este penal” ya que “sus problemas se agudizan por el hacinamiento”, entre los que mencionó el caso de un detenido que “necesita un tratamiento serio de desintoxicación y lo hemos pedido pero no tenemos respuesta”.

José Parsons estaba detenido en el Penal III desde lunes pasado.


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