Se alquila marido, habilidoso y barato

Cuestan 25 pesos y cubren las deficiencias de esposos ausentes o poco hábiles.

Por sólo 25 pesos la hora, las vecinas de Buenos Aires disponen ya de maridos de alquiler, aunque por ahora con funciones limitadas a la albañilería, la plomería, la electricidad y otros trabajos domésticos.

Las empresas unipersonales o familiares «Marido se alquila» y «Marido por horas» son dos ejemplos de que el ingenio es una buena arma para sortear la crisis y los vaivenes de la economía.

«La necesidad hace el miembro», dijo Daniel Alonso, creador y propietario de «Marido se alquila», una empresa con la que en sólo seis meses se ha sacado la espina del fracaso de la tintorería que regenteó durante 15 años en el barrio de Palermo.

Al igual que Guillermo Singer, de «Marido por horas», Alonso ofrece servicios de arreglos a domicilio para todas aquellas que no tengan la suerte de tener un marido habilidoso y aficionado al bricolage.

«La clave está en tomar cada caso como si fuera la propia casa», afirmó Singer. Su colega Alonso acotó que «la confianza y los trabajos a conciencia» son las razones principales de su éxito.

Aunque el sexo femenino es el dominante, en las carteras de clientes de Alonso y Singer también hay hombres carentes de las habilidades que se atribuyen al género masculino o con poco tiempo o interés por los clavos, los cables o las herramientas, el mundo en el que los maridos por horas o de alquiler son los «amos».

Singer, de 55 años, dos veces divorciado y con dos nietos, empezó hace cuatro años como marido de alquiler y antes era gerente de ventas de una empresa de electrodomésticos.

Hoy tiene una cartera de más de 2.000 clientes y está decidido a seguir con su actual trabajo, incluso aunque la crisis pase y aunque le ofrezcan un trabajo como el que tenía antes.

«Hago lo que me gusta y me pagan por ello, qué más puedo pedir», afirma Singer, quien reconoce que lo de «marido de alquiler» puede dar pie a muchas bromas, pero asegura que no se ha sentido acosado por ninguna de sus clientas, a pesar de que algunas han intentado «algunos avances, pero de forma muy sutil».

Singer presume de tener «buena oreja» y una especial sensibilidad hacia los problemas de las mujeres solas y con hijos a cargo, por lo que a veces se ha encontrado con que en lugar de cambiar la cinta de una persiana lo han llamado para escuchar los problemas de un ama de casa. (EFE)


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