Se extiende el uso de Factura de Crédito Electrónica

Ante la crisis, las Pymes buscan nuevos instrumentos para hacerse de liquidez. La modalidad ya es un éxto en el mercado.

Por Laura Pereyra (Agente Productor Nº868 – CNV)

La Factura de Crédito Electrónica, es un instrumento creado por la Ley 27.440 para otorgar a a las Pymes una nueva herramienta de financiamiento. Será obligatoria desde noviembre para todas las compras iguales o superiores a $100.000 que una empresa grande haga a una Pyme, y se suma a la negociación de los cheques de pago diferido, pagarés y otros instrumentos.
La finalidad del procedimiento es desarrollar un mecanismo que mejore las condiciones de financiación de dichas empresas y les permita aumentar su productividad, mediante el cobro anticipado de los créditos por sus operaciones.
“Se probó sin éxito en 2001, ya que entre el contexto imperante y la poca tecnología disponible era inviable y engorroso el proceso por los altos costos administrativos. En la actualidad se ha logrado integrar los sistemas de soporte que se utiliza el Mercado Abierto de Valores con la AFIP, lo que produjo mayor viabilidad de los procesos y reducción de plazos”, aseguró el Cr. Franco Martinez desde BLEND Inversiones.
El año 2018 y lo transcurrido de 2019, no han sido precisamente años simples para las Pymes, quienes tuvieron que enfrentar un proceso devaluatorio severo, fuertes caídas en el nivel de actividad, aumentos de tarifas y altas tasas de financiamiento.

Las altas tasas de interés obligan a las pyme a buscar alternativas de crédito en instrumentos alternativos del mercado de capitales.


Esta situación puso una vez más a prueba a las Pymes quienes tuvieron que buscar alternativas al sistema bancario tradicional, encontrando en el Mercado de Capitales una opción distinta que les posibilitó continuar sosteniendo su actividad y financiando su capital de trabajo de corto plazo. En este sentido, instrumentos como son los cheques de pago diferido avalados por Sociedades de Garantía Recíprocas, jugaron un rol fundamental para permitir a las Pymes financiarse a una tasa muy por debajo de la ofrecida por bancos y mediante un proceso de calificación rápido y simple.
“Desde Adcap, de la misma manera que lo hicimos oportunamente con los cheques de pago diferido avalados por SGR y con las Obligaciones Negociables Simples, nos hemos puesto a trabajar desde el primer día en la difusión de la Factura de Crédito Electrónica (FCE), capacitando a las Pymes y a las grandes empresas, y al día de hoy estamos negociando más del 70% de las facturas que se transaccionan en el mercado, liderándolo ampliamente”, sostiene Lucas Confalonieri, Socio de Adcap Securities Argentina S.A.
A medida que este instrumento avance, se incrementará su liquidez. En el caso de FCE, quien responde por el pago es la Empresa obligada, por lo que no es condición necesaria de momento, contar con aval crediticio. Sólo es primordial contar con una cuenta comitente operativa.
La ley vigente llegó en un momento en donde los grandes inversores están buscando instrumentos para direccionar su liquidez, ya que continuar con el financiamiento al sector público luego del reperfilamiento sufrido hace solo pocos días atrás, no parece una buena opción.
Para los Bancos, los Fondos de Inversión y las Compañías de Seguros, adquirir FCE en un Mercado regulado y transparente, deviene en inversiones de corto plazo, diversificadas y con un buen rendimiento (tasa del 57% TNA promedio esta semana), en lugar de seguir sumando a las carteras institucionales un mayor riesgo soberano.

En números

57%
La tasa a la que se operan las Facturas de Crédito Electrónica en el mercado de capitales.

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