Se negó a la transfusión y ordenaron respetarla

ROCA (AR).- Un sanatorio privado de Roca finalmente tuvo que aceptar la decisión de una joven discapacitada, quien había pedido expresamente no recibir ningún tipo de transfusión sanguínea por ser Testigo de Jehová. La Justicia entendió que no existe ningún tipo de impedimento para que ella tome “directivas anticipadas en relación a su propio cuerpo”. La joven no fue transfundida y finalmente recibió el alta médica, según informaron fuentes judiciales. El 10 de julio el sanatorio Juan XXIII a través de su abogado elevó un recurso ante la jueza de Familia Moira Revsin. Allí se expresaba que la joven, de 25 años, presentaba un cuadro de “anemia severa con riesgo de vida por lo que se requiere de una transfusión de sedimento globular urgente”. En el escrito se indicaba que la joven es testigo de Jehová y que además cuenta con un certificado de discapacidad por una enfermedad congénita (síndrome de Proteus). A partir de esa situación el apoderado de la clínica expresó que “no es posible obtener por parte de la paciente una manifestación de voluntad que permite entender que adopta una decisión de descreimiento, intención y libertad respecto a la práctica médica indicada (transfusión sanguínea)”. Lo llamativo del caso es que el escrito aclara que se consultó a la paciente y “como no comprende la explicación que se le brinda”… “se optará” por realizar la transfusión puesto que no existía ningún tipo de presentación legal previa que decida sobre su vida. Como primera medida se definió que la defensora de Menores e Incapaces se entreviste con la paciente tal cual lo establece la Convención sobre de Derechos de Personas Discapacitadas. La joven ratificó a la defensora su intención “con total convicción” y le explicó que ella es testigo de Jehová que reconoce lo que dicen las escrituras en relación a la transfusión sanguínea y que está “absolutamente convencida que no es bueno para ella aceptar ese tratamiento médico”. Revsin sostuvo que, si bien no se puede rechazar la posibilidad de que exista un problema cognitivo, lo que sí queda en claro es que la paciente es totalmente libre en su decisión y su convicción. También consideró insuficiente argumento el hecho de que no hubiera presentado una certificación escrita que acreditara su fe religiosa, “exigencia que no surge de ninguna reglamentación ni del orden interno ni internacional a los fines de tener por cierta la fe religiosa que ella misma dijo que profesaba al momento de ingresar al nosocomio”. Y agrega que no hay motivos para no creer lo que dice la paciente y que resulta un acción claramente “discriminatoria” exigirle una certificación para dar cuenta de ello cuando no se le exige a ningún otro paciente de otras religiones.

Fallo a favor de una paciente en Roca


ROCA (AR).- Un sanatorio privado de Roca finalmente tuvo que aceptar la decisión de una joven discapacitada, quien había pedido expresamente no recibir ningún tipo de transfusión sanguínea por ser Testigo de Jehová. La Justicia entendió que no existe ningún tipo de impedimento para que ella tome “directivas anticipadas en relación a su propio cuerpo”. La joven no fue transfundida y finalmente recibió el alta médica, según informaron fuentes judiciales. El 10 de julio el sanatorio Juan XXIII a través de su abogado elevó un recurso ante la jueza de Familia Moira Revsin. Allí se expresaba que la joven, de 25 años, presentaba un cuadro de “anemia severa con riesgo de vida por lo que se requiere de una transfusión de sedimento globular urgente”. En el escrito se indicaba que la joven es testigo de Jehová y que además cuenta con un certificado de discapacidad por una enfermedad congénita (síndrome de Proteus). A partir de esa situación el apoderado de la clínica expresó que “no es posible obtener por parte de la paciente una manifestación de voluntad que permite entender que adopta una decisión de descreimiento, intención y libertad respecto a la práctica médica indicada (transfusión sanguínea)”. Lo llamativo del caso es que el escrito aclara que se consultó a la paciente y “como no comprende la explicación que se le brinda”... “se optará” por realizar la transfusión puesto que no existía ningún tipo de presentación legal previa que decida sobre su vida. Como primera medida se definió que la defensora de Menores e Incapaces se entreviste con la paciente tal cual lo establece la Convención sobre de Derechos de Personas Discapacitadas. La joven ratificó a la defensora su intención “con total convicción” y le explicó que ella es testigo de Jehová que reconoce lo que dicen las escrituras en relación a la transfusión sanguínea y que está “absolutamente convencida que no es bueno para ella aceptar ese tratamiento médico”. Revsin sostuvo que, si bien no se puede rechazar la posibilidad de que exista un problema cognitivo, lo que sí queda en claro es que la paciente es totalmente libre en su decisión y su convicción. También consideró insuficiente argumento el hecho de que no hubiera presentado una certificación escrita que acreditara su fe religiosa, “exigencia que no surge de ninguna reglamentación ni del orden interno ni internacional a los fines de tener por cierta la fe religiosa que ella misma dijo que profesaba al momento de ingresar al nosocomio”. Y agrega que no hay motivos para no creer lo que dice la paciente y que resulta un acción claramente “discriminatoria” exigirle una certificación para dar cuenta de ello cuando no se le exige a ningún otro paciente de otras religiones.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios