Se potencia la pista de que el agresor era un conocido

Hallan y analizan un rollo de cinta de embalar.Le habrían atado los pies cuando estaba sin vida.Anoche llegaban sus restos a Patagones.

LA PLATA – La hipótesis de que la joven Marcela Aravena haya sido atacada por algún conocido, se refuerza con el correr de las horas. Es por ello que el fiscal Marcelo Martini está abocado a tomar declaración a los amigos, familiares y compañeros de estudio de la muchacha oriunda de Patagones, que fue brutalmente asesinada el sábado por la tarde en el departamento que alquilaba en La Plata.

Sin embargo, durante las últimas horas aparecieron algunos datos nuevos, aunque por el momento las pistas son muy débiles como para que los investigadores tengan individualizado a algún sospechoso.

Marcela no presentaba marcas en sus tobillos, que estaban atados con una cinta de embalar. Esto hace presumir que la víctima podría haber sido atada cuando ya estaba muerta.

Además, la autopsia reveló que el o los atacantes, habrían intentado estrangularla, ya que se detectaron marcas de este tipo de agresión en el cuello. Sin embargo, la causa de su muerte fue el disparo de un revólver calibre 22.

En las últimas horas los investigadores renovaron sus expectativas de avanzar con el caso y llegar al autor.

En cercanías del departamento que la víctima ocupaba con su hermana, se encontró un rollo de cinta de embalar, similar a la que se usó para atar a Marcela. El elemento está siendo analizado por peritos policiales, ya que se esperaba encontrar alguna huella dactilar.

Aravena, de 24 años y estudiante de abogacía, mantendría una relación sentimental con un hombre casado de 35 años. Este rumor fue confirmado por allegados a la víctima, e incluso, esta persona ya habría declarado ante el fiscal Marcelo Martini. Tras declarar, recuperó su libertad.

Según la agencia DyN, la muchacha habría recibido algunas amenazas, aunque se desconoce el motivo ya que su vida era muy tranquila y normal. Incluso era muy querida por sus compañeros de estudio y de trabajo.

La versión de las amenazas se reforzó con al declaración de algunos vecinos, quienes aseguraron que la joven les había pedido que la puerta principal del edificio quedara con llave.

De todos modos, los investigadores mantienen como hipótesis más firme la de algún integrante del círculo íntimo de la víctima.

Y para ello se basan en algunos elementos que obran en la causa, y que resultan llamativamente extraños.

La puerta del departamento no había sido forzada, por lo que se descarta que la joven le abrió al agresor. Además, en el departamento no se hallaron signos de pelea, por lo que se cree que Marcela habría sido atacada sorpresivamente y no habría puesto resistencia ya que no esperaba la agresión.

Aravena tenía un perro que no habría ladrado ante la llegada de esta persona. Al menos, los pocos vecinos que quedaban -ya que el crimen se produjo en pleno fin de semana largo-, no lo escucharon.

Pero uno de los puntos que más llama la atención a los investigadores, es que un vecino escuchó un portazo del departamento de la víctima, pero nadie percibió el disparo.

También se descarta que se haya utilizado una almohada para atenuar el ruido del disparo. Una posibilidad es que el atacante haya usado un revólver con silenciador, pero de ser así se trataría de algo muy organizado y tanta «profesionalidad» no se correspondería con el rollo de cinta arrojado a los pocos metros de la vivienda.

Desde La Plata se informó que otra pista importante podría surgir de un par de mail que le víctima le habría mandado a su hermano que vive en Patagones.

Los mismos ya están en poder del fiscal, pero no trascendió si los mismos tenía algún dato que pueda orientar a los investigadores.

Marcela Aravena cursaba las últimas materias de la carrera de abogacía en La Plata y trabajaba en el Hogar Marín, ubicado en la calle 60 y donde cuidaba ancianos.

El sábado estuvo en su departamento con una amiga hasta cerca de las 16. Cerca de las 18.30 regresó su hermana -con quien compartía el inmueble-, y se encontró con el tétrico cuadro.

Marcela Aravena fue golpeada en la cabeza con un elemento contundente -se hablaba de un martillo-, y habría perdido el conocimiento. El agresor habría intentado estrangularla y posteriormente le disparó en el cuello, debajo de la nuca con un revólver calibre 32. El balazo fue lo que le provocó la muerte.

Ahora se cree que posteriormente le ataron los pies con una cinta de embalar.

Ayer, el cuerpo fue entregado a la familia Aravena y se realizó una pequeña ceremonia en el Hogar Marín, en medio de la congoja de sus compañeros de trabajo y amigos.

Los restos fueron trasladados posteriormente a Patagones, y se esperaba la llegada para las primeras horas de hoy. (DyN/AR).


LA PLATA - La hipótesis de que la joven Marcela Aravena haya sido atacada por algún conocido, se refuerza con el correr de las horas. Es por ello que el fiscal Marcelo Martini está abocado a tomar declaración a los amigos, familiares y compañeros de estudio de la muchacha oriunda de Patagones, que fue brutalmente asesinada el sábado por la tarde en el departamento que alquilaba en La Plata.

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