Se quebró la historia de las tomas

En abril del 2006, los hechos que se produjeron en el barrio Huilliches, con la toma de la chacra 122, desencadenaron en la decisión de los habitantes y la comisión vecinal, con su presidente a la cabeza, de salir a defender su espacio y el lugar que cada uno había elegido para vivir en paz y total tranquilidad. Los hechos producto de esa crisis fueron traumáticos para los vecinos en general.

La entereza y la decisión de su gente hicieron que la crisis transformara ese barrio en el primero de Neuquén capital en rechazar el ilícito efectuado por ciudadanos carentes, otros oportunistas, -los peores- políticos y algunos vecinalistas que operaron desde las sombras.

Se sentó un precedente en Neuquén y en la Justicia: por primera vez en la historia de esta provincia, el juez ordenó el desalojo y se cumplió, con el apoyo y la presión ejercida por los vecinos y sus representantes.

La pérdida de valores que hemos sufrido es producto de las políticas de aquellos que priorizan lo individual sobre lo colectivo. En tiempos no tan lejanos nuestros padres nos enseñaban a ganarnos el pan y todo lo que necesitábamos y la casa era el logro más importante; con esfuerzo y sacrificio, nos enseñaban a tener un sueño, una utopía que con el tiempo se hacía realidad… ¡pero con mucho esfuerzo y trabajo! No esperábamos a que el Estado resolviera nuestros problemas: trabajábamos en cualquier cosa, salíamos a buscar y encontrábamos empleo… y a quien me diga que los tiempos son diferentes, le contesto que aquéllos eran mucho más difíciles, porque no había asistencia del Estado municipal, provincial o nacional. Pero sí el Estado estaba en seguridad, salud y educación, pilares fundamentales para el desarrollo de un pueblo.

La decisión de los vecinos fue fundamental en el logro de torcer y quebrar la historia de las usurpaciones; también el presidente tiene que representarlos y actuar de acuerdo con el mandato recibido de aquéllos, sin temor ni interés fundado, realizando gestiones junto a los funcionarios que correspondan. Nosotros lo hicimos así: reuniones con distintos ministerios, autoridades municipales y policiales.

El papel más importante lo tienen los vecinos en su conjunto, presionando a las autoridades municipales y provinciales, que tienen el monopolio de la fuerza pública, para reparar el daño causado a toda la sociedad por gente engañada y utilizada que lleva a cabo estas acciones en contra de los principios morales y el derecho, en la firme convicción de que el Estado debe resolver sus problemas. Esta cuestión se gestó por la inoperancia e incompetencia de los funcionarios que no han podido crear y resolver la angustiante situación de indigencia y de carencia habitacional de los ciudadanos en cuestión.

Hace décadas, los gobiernos anteriores crearon la cultura de la asistencia keynesiana para retener como esclavos a los ciudadanos necesitados o desprotegidos por el Estado, quitándoles el conocimiento del trabajo y el mantenimiento de sus familias por sus propios medios, pero a la vez desconociendo el derecho de todos y cada uno de los habitantes a vivir en paz en este suelo neuquino, el derecho al trabajo, la educación, la salud, la seguridad y la vivienda digna, donde cada postulante pague para acceder a ella y respetando el lugar que cada ciudadano tiene asignado por el ente correspondiente, no optando por agredir y utilizar la fuerza para obtenerlo.

Sé de funcionarios que quieren trabajar en pos de un futuro promisorio para sus representados, pero también de aquellos que ayer desde la oposición pregonaban soluciones mágicas teniéndolas en el bolsillo, como el Dr. Mansilla, Jesús Escobar y otros, y hoy desde el poder no presentan esas soluciones grandilocuentes.

Ahora entiendo por qué Libres del Sur y Une no acompañaron en la sesión extraordinaria la decisión de los bloques de la UCR, el PJ y el MPN… ¿por qué será? ¿O lo de ayer era demagogia y lo de hoy, incompetencia e ineficacia en la función?

No creo en una solución al conflicto si no es a través de «negociar», y cuando se comete un delito no hay margen para ese mecanismo. Se volverá a las viejas y enquistadas costumbres opuestas a la ley y el orden.

En Huilliches el problema se resolvió porque hubo decisión política y apoyo de su gente al desalojo, lo cual hizo posible que se cumpliera con la ley. Por ello sé que cuando la ciudadanía tiene bien en claro lo que quiere, y dentro de la ley, el poder debe resolver con los mecanismos legales las crisis provocadas por omisión del Estado.

 

Miguel Ángel Henríquez, DNI 10.868.858

(Ex presidente de la comisión vecinal del barrio Huilliches)

Neuquén


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios