Se quiebra diálogo: Tabaré insiste con construir plantas y Botnia no para

"Se harán aquí en el río Uruguay", dijo Vázquez.

MONTEVIDEO.- El presidente uruguayo Tabaré Vázquez afirmó ayer que las plantas de celulosa «se van a hacer aquí, en el Uruguay, sobre el río Uruguay», en abierto desafío a los asambleístas de Gualeguaychú, que no quieren que sigan allí, mientras fuentes sindicales afirmaron que Botnia informó que no paralizará las obras.

Esos anuncios cayeron muy mal en Entre Ríos y los manifestantes volvieron a ubicarse a la vera de las rutas, en clara señal de que pueden volver los cortes al vecino país de un momento a otro.

En tanto, desde Casa Rosada se dejó trascender que si Botnia no paraliza las obras se caerá la cumbre entre Kirchner y Tabaré.

La empresa finlandesa Botnia, que construye una de las plantas de celulosa en Fray Bentos, anunció a los trabajadores de la planta que continuará con la construcción de la misma, informó el titular del Sindicato Unico Nacional de la Construcción y Afines de Fray Bentos (SUNCyA), Juan Sardella.

«La situación es de incertidumbre total», dijo Sardella desde la planta, e informó que habrá una reunión de los delegados de los trabajadores para decidir los pasos a seguir.

El gremialista precisó que ayer a los 8 el director de la obra y el gerente de recursos humanos informaron en una reunión a los trabajadores que «la obra seguiría, pero no dieron motivos del cambio de actitud», luego de haber anunciado públicamente que paralizarían la construcción por 90 días, tal como habían exigido los gobiernos de Argentina y Uruguay.

Jorge Mesa, secretario general del sindicato de la construcción, Sunca, también comentó en declaraciones radiales que en las últimas horas del jueves recibió una comunicación de la empresa finlandesa por la que se le informó que se había anulado la medida de suspensión de las obras.

«Recibí una llamada (que era una comunicación formal de la empresa) de que la comunicación que se nos había dicho el día anterior había sido revisada por las autoridades finlandesas y había un cambio en la situación: ya no había comunicación de paralización», dijo Mesa.

El dirigente aseguró que los trabajadores de la obra recibieron el mismo mensaje.

«No conocemos muy a fondo los motivos de la paralización; menos los de la revisión de la medida», añadió.

La paralización por un lapso de 90 días de las obras para la construcción de las plantas de celulosa de la española Ence y la finlandesa Botnia en Fray Bentos, 309 kilómetros al norte de Montevideo, era una de las condiciones del gobierno argentino para negociar con Uruguay, según noticias procedentes de Buenos Aires.

El Gobierno de Kirchner ya envió a Montevideo su versión definitiva del anexo técnico que aspira a incorporar al documento político que suscribirán ambos mandatarios, en caso de que avance la negociación.

Precisamente, las diferencias surgidas en ese documento aplazaron el encuentro que ambos presidentes iban a mantener el pasado miércoles en la residencia Anchorena, en Colonia.

Desde Uruguay crecen las quejas contra el gobierno de

Kirchner. Consideran que le dieron mayor peso en la negociación a la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú.

«La Rosada ha promovido la situación en la frontera, le ha dado importancia a la Asamblea Ambiental, que se transformó en un grupo al que ahora hay que consultar en forma casi permanente», dijo una fuente del gobierno de Tabaré. (AFP/DyN)

Escepticismo en la Rosada

BUENOS AIRES (ABA).- Dudas, dudas y más dudas. La cumbre de Presidentes en Colonia está en veremos. Kirchner ordenó a su canciller que si Uruguay no responde a los cuestionarios técnicos con generosidad –esto es, con amplios detalles–, sobre los posibles efectos contaminantes de las papeleras, no se verá cara a cara con Tabaré Vázquez.

«Reunirnos por reunirnos no sirve para nada», afirmó Kirchner. Argentina ya planteó en las últimas horas un borrador para anexar a la tentativa Declaración de Anchorena. Demanda precisiones sobre el impacto ambiental de las fábricas sobre el río Uruguay. Las autoridades del vecino país insisten en generalizar y en brindar un informe light.

A este clima enrarecido se sumó en la últimas horas la comunicación que la empresa Botnia transmitió a sus operarios: las obras no se paralizan. ¿Esa es una decisión firme o una presión más hacia el gobierno argentino?

Hay negociadores que mantienen una cuota de optimismo. Dicen que todavía hay margen para el encuentro. Pero Kirchner insiste en que Uruguay debe demostrar ganas y voluntad de colaborar en el meollo del asunto.

Si la cumbre se esfuma, el gobierno argentino insistirá con la alternativa de concurrir a la Corte Internacional de La Haya. Esta sería la variante «menos desgastante». En la Rosada, sostiene que a Kirchner no le conviene quedar como el mandatario que terminó aceptando la jugada uruguaya de los hechos consumados: construcción de las papelera y serios riesgos contaminantes.


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