Se renueva un romance interrumpido abruptamente

Supo conducir un equipo que regaló éxitos en todos los niveles

BUENOS AIRES (DPA, por Adrián Taccone) – El romance que abruptamente se había cortado hace un año entre Carlos Bianchi y Boca regresará a pleno durante 2003, tras firmar el entrenador su regreso a un club en el que ganó seis títulos.

Desde la última vez que Bianchi estuvo sentado en el banquillo de la 'Bombonera', el 13 de diciembre de 2001, cuando el conjunto auriazul le ganó5-3 a Independiente por la penúltima fecha del torneo Clausura, el pueblo boquense contaba los días para el regreso del «Virrey».

Bianchi se había ido de Boca luego de un entredicho con Macri, que incluso se enojó con el entrenador durante una conferencia de prensa en la que fue desairado por el técnico.

Sin embargo, todas las encuestas realizadas entre los hinchas de Boca daban como máximo favorito a Bianchi, a sabiendas de que la etapa de Tabárez al frente del plantel iba a ser una transición hasta el regreso del hombre que los hinchas habían adoptado como uno de ellos.

Hijo de un diarero y con alma de barrio, temible goleador en su época de jugador en el fútbol argentino como en Francia es a los 53 años querido por la parcialidad auriazul, que ve con su regreso el retorno de las épocas de gloria.

Los hinchas de Boca no olvidan que con Bianchi consiguieron el Apertura'98, Clausura '99 y Apertura '2000 a nivel local, además de las Copas Libertadores 2000/2001 e Intercontinental 2000, alcanzando seis títulos, algo que ningún otro entrenador le pudo dar al club.

«Siempre dije que un técnico tiene entre un 20 y un 30 por ciento de incidencia. Tengo la suerte de contar con jugadores de calidad y lo único que debo hacer es explotar sus cualidades. Y equivocarme lo menos posible», comentó en alguna ocasión Bianchi cuando Boca era el equipo más eficaz, con un invicto de 40 partidos oficiales, récord en el fútbol argentino.

Las negociaciones con Macri no fueron sencillas, puesto que el entrenador hizo cotizar su preferencia en los hinchas, aunque dada la predisposición de la dirigencia auriazul terminó bajando sus pretensiones.

Boca se «estiró» un poco más económicamente, y así pudo llegarse a un acuerdo.

Bianchi estuvo un año sin trabajar, pero ofrecimientos no le faltaron, ya que el París Saint Germain lo tentó para dirigir el club de la capital francesa, y las asociaciones de México y Chile lo sondearon para que se haga cargo de sus seleccionados.

Incluso hasta último momento se especuló con las pretensiones del Barcelona para suplantar al holandés Louis Van Gaal, quien sin embargo ganó la pulseada y se quedará por el momento en el club catalán tras sortear no pocos temporales.

Bianchi ya no tendrá en el plantel boquense a un goleador como Martín Palermo, tampoco al habilidoso Juan Román Riquelme, mucho menos a los tres colombianos Mauricio Serna, Jorge Bermúdez y Oscar Córdoba. Deberá pulir a un equipo que mostró convicción, pero que no estuvo a la altura de los conjuntos que el supo armar.

«Esto no pasa todos los días. Confirmar algo es más difícil que conseguirlo», dijo Bianchi tras ganar el bicampeonato 98/99. Tal vez con esa premisa es que retorna a Boca, donde sabe que cuenta con ventaja, pero que también se le pedirán resultados.

El coqueteo navideño de Bianchi con Boca estaba centrado en las condiciones que puso para su regreso, que fueron cumplidas una a una por la dirigencia boquense hasta que llegó el sí esperado y el regreso se hizo realidad.

Su regreso a Boca fue recibido con júbilo por los apasionados seguidores del club, que sueñan con revivir los momentos de gloria a los que Bianchi los había acostumbrado.


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