¿Se viene la ola «neopopulista»?
Por Andrés Oppenheimer
Producirá el giro político y económico de la Argentina un efecto dominó en el resto de América Latina? ¿Se viene una ola «neopopulista»» en la región?
Estas preguntas son el tema del día en círculos diplomáticos de Washington tras el anuncio del presidente argentino, Eduardo Duhalde, de que su país dejará atrás el «perverso»» modelo de apertura económica que había adoptado hace más de una década, y que adoptará un «nuevo modelo»» más proteccionista.
Entre los factores que preocupan a algunos funcionarios estadounidenses está el que la Argentina ha tenido históricamente una influencia política muy superior a su peso económico en la región, y el que Brasil, Colombia y Ecuador celebrarán elecciones presidenciales este año en que varios candidatos izquierdistas y populistas podrían beneficiarse de la crisis argentina.
Varios de estos candidatos ya están citando el colapso económico argentino como supuesta prueba de que el modelo «neoliberal»» está destinado al fracaso, sin mencionar que en la Argentina se siguieron algunas de las recetas del libre mercado, pero sin un sistema de pesos y contrapesos para evitar el despilfarro del gasto público y la corrupción.
Aunque la Argentina es sólo la tercera economía más importante de la región, ha sido un país que ha exportado revolucionarios y teorías económicas, como bien lo demostraron el guerrillero Ernesto «Che»» Guevara, y el economista Raúl Prebish, este último creador de la teoría económica de «sustitución de importaciones»» que fue adoptada como una religión en América Latina a mediados del siglo pasado.
Después de que el ex presidente Carlos Menem abriera la economía argentina en 1991 e iniciara un alineamiento político con Estados Unidos, varios países vecinos siguieron sus pasos. El ex canciller de Menem, Guido Di Tella, dijo una vez -sólo bromeando a medias- que la Argentina quería tener «relaciones carnales»» con Estados Unidos.
En una extraña coincidencia histórica, Di Tella falleció la semana pasada de causas naturales, y apenas horas después de su muerte el nuevo canciller argentino, Carlos Ruckauf, anunció -retomando la metáfora sexual de su fallecido antecesor- que la política exterior de su país de ahora en más será «polígama», ya que privilegiará las relaciones con el Brasil, Europa y Estados Unidos.
Todo parece indicar que la Argentina se alineará ahora sólidamente detrás del Brasil, para acelerar la creación de un mercado común sudamericano más sólido, con una moneda común, y negociar conjuntamente para conseguir concesiones comerciales de Estados Unidos. Entre otras cosas, Brasil exige una mayor apertura del mercado norteamericano a los productos agrícolas latinoamericanos.
Tras entrevistas separadas con tres altos funcionarios del gobierno de Bush esta semana, me quedé con la impresión de que Estados Unidos no cree en la posibilidad de un giro dramático hacia la izquierda o el populismo en la región. Sin embargo, algunos funcionarios de menor rango me señalaron la posibilidad de un cambio en el mapa político de América Latina. Entre los factores que mencionaron:
*En Brasil, el candidato izquierdista Luiz Inacio «Lula»» da Silva, abiertamente opuesto a la creación de un Area de Libre Comercio de las Américas acordada por los países de la región en 1994, va primero en las encuestas para las elecciones de octubre. Aunque pocos creen que podría ganar en una segunda vuelta electoral, no se puede descartar tal posibilidad.
*En Colombia, el ex ministro del Interior Horacio Serpa, un populista que alguna vez acusó al embajador de Estados Unidos de ser un «gringo maluco»», está primero en las encuestas electorales para las elecciones de mayo.
*En Venezuela, el presidente populista Hugo Chávez podría radicalizar su «revolución bolivariana»» para reavivar el entusiasmo de sus seguidores a medida que su popularidad está cayendo entre la población en general. Chávez y el presidente vitalicio cubano, Fidel Castro, podrían recibir un empujón político si el 2002 termina con gobiernos contrarios al libre comercio en Brasil, Colombia y Argentina.
Cuando le pregunté a un alto funcionario del gobierno de George W. Bush sobre la posibilidad de un bloque proteccionista y un tanto antinorteamericano en América Latina, me contestó que ese escenario es poco probable. En primer lugar, ir contra el libre comercio sería ir a contramano del resto del mundo, dijo. En segundo lugar, las recientes elecciones en Nicaragua, Honduras y Perú muestran lo contrario: los populistas y los izquierdistas perdieron abrumadoramente.
Según el funcionario, aunque hay «preocupación»» sobre el tema, el consenso en el gobierno de Bush es que no habrá un cambio político significativo en América Latina. Yo no estoy tan seguro. La política latinoamericana ha cambiado en ciclos asombrosamente regulares. La región tuvo líderes populistas en las décadas de los años «40 y «50, juntas militares en las de los años «60 y «70, gobiernos democráticos socialdemócratas y «neoliberales»» en los «80 y «90.
Quizás, para mal de todos, la llegada de Duhalde marcará el inicio de una etapa de gobiernos «neopopulistas» -versiones moderadas de los regímenes proteccionistas y antinorteamericanos del pasado- en gran parte de la región.
Producirá el giro político y económico de la Argentina un efecto dominó en el resto de América Latina? ¿Se viene una ola "neopopulista"" en la región?
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios