Se vio afectado el transporte de gas a Chile y Nación dictó la conciliación

Sobisch tuvo que salir a garantizar ante las autoridades del vecino país el suministro. La medida de fuerza fue unánime y paralizó la producción y el bombeo de crudo.

NEUQUEN (AN).- El paro por 24 horas que el gremio petrolero inició el jueves afectó ayer el abastecimiento de gas de Chile. El gobierno nacional lo abortó con el dictado de la conciliación obligatoria, acatada desde las 14. Ni lerda ni perezosa, la administración neuquina anunció por la noche y en conferencia de prensa, que el conflicto había ingresado en un proceso de «conciliación voluntaria», iniciado para marcar la jurisdicción de la provincia en materia laboral.

Durante la jornada, y ante el monitoreo constante de la embajada chilena en Argentina y el consulado de ese país en esta capital, el gobernador Jorge Sobisch tuvo que salir a garantizar ante las autoridades del vecino país el suministro desde los gasoductos neuquinos.

Luego de que el ministerio de Trabajo de Nación dictara la conciliación obligatoria, el ministro jefe de Gabinete, José Brillo, salió a bajar los decibeles de la disputa y anunció que Sobisch le garantizó al ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza, y el embajador del país en Argentina, Juan Gabriel Valdés, que intervendría en el conflicto para garantizar el bombeo de gas hacia ese país.

Por la noche, en oficinas del ministerio de Trabajo y Seguridad, su titular, Luis Manganaro, el subsecretario de Trabajo, Ernesto Seguel y la conducción del gremio encabezada por Guillermo Pereyra anunciaron la «impasse» en el conflicto, caracterizada por haber «sacado de en medio» el reclamo de la suma fija de 1.500 pesos «por única vez» para cada uno de los ocho mil trabajadores afiliados en la cuenca neuquina.

Brillo, a primera hora de la tarde, dijo que «el gobernador se comprometió ante las autoridades chilenas a tomar cartas en el asunto para que no haya problemas con el abastecimiento».

El funcionario se mostró confiado en ponerle punto final a la disputa. «Aunque las diferencias son grandes, confiamos en se va a llegar a un acuerdo», dijo, y eso se logró horas después.

Así, la administración Sobisch se vio obligada a intervenir en una pugna que hasta ayer siguió de reojo. El principal temor de los funcionarios lo despertó la posibilidad de que se interrumpiese el bombeo al país trasandino, cuya industria depende del gas neuquino para funcionar. Y Brillo admitió que, en parte, este pronóstico se cumplió, aunque el gremio lo descartó de plano.

Los gasoductos Pacífico y Centro Oeste, que transportan el gas desde Neuquén hacia Concepción y Santiago (ambas ciudades de Chile), redujeron su capacidad de transporte. Los grandes consumidores trasandinos se vieron obligados a racionalizar el consumo por una cuestión de prevención. Así lo reveló el ministro, quien sin embargo, enfatizó que no se produjo un corte del abastecimiento.

Esta merma se originó porque el sindicato de Personal Jerárquico y Profesional, que nuclea a los trabajadores que opera los gasoductos, también se plegó al paro. Por falta de personal, las productoras tuvieron que bombear una menor cantidad de gas.

Ante este panorama, el gobierno nacional dispuso la conciliación obligatoria a partir de las 14 de ayer. De forma inmediata, la protesta se levantó. Sin embargo, Pereyra no se mostró conforme con la intervención de Trabajo porque en las semanas previas al paro, la cartera neuquina intentó mediante una conciliación resolver el conflicto, pero no lo logró.

Pereyra advirtió que la negociación por los 1.500 pesos será materia de discusión en el ministerio nacional que dispuso el primer encuentro entre las partes para el próximo 5 de febrero. Será a partir de las 17 en Buenos Aires. El plazo para llegar a un acuerdo es de 15 días a partir de ayer, y es el mismo que otorga la «conciliación voluntaria». Aunque primero Pereyra amenazó con un nuevo paro de 48 horas, luego esa posibilidad pasó a segundo plano.

La puja entre los trabajadores y las empresas productoras de crudo se originó porque los primeros reclaman desde diciembre pasado el pago adicional entre otras revindicaciones. El argumento que dieron es que las firmas obtuvieron ganancias extraordinarias desde la devaluación del peso. A diferencia de otras ocasiones, las empresas aún no dieron el brazo a torcer y se limitaron a ofrecer 400 pesos y en dos veces. Ayer directivos intermedios participaron de las discusiones pero se retiraron a la hora de la conferencia de prensa de Manganaro sin haber firmado nada, y sin haber sido notificadas las empresas.

Desde las primeras horas el gobierno dispuso una fuerte vigilancia en todos los yacimientos con 130 efectivos de la policía. Brillo señaló que no se produjeron enfrentamientos entre los trabajadores que se plegaron a la medida y los que no lo hicieron. Pero reconoció que hubo escaramuzas en algunas bases petroleras .

El subsecretario de Energía, Eduardo Carbajo, afirmó que las pérdidas ocasionadas por el paro rondan los 3 millones de pesos en regalías para la provincia -dos millones en petróleo y el resto en gas-. Para las empresas, la merma fue cercana a los 10 millones de dólares, según indicaron fuentes del sector.

Brillo admitió que hubo «escaramuzas»

NEUQUEN (AN).- El ministro jefe de Gabinete, José Brillo, y el jefe de la Policía, Wálter Cofré, admitieron ayer que se registraron escaramuzas entre los trabajadores que adhirieron al paro y aquellos que no lo hicieron.

«Hubo algunas escaramuzas, pero no llegaron a enfrentamientos y las bases petroleras no fueron ocupadas», sostuvo Brillo durante la conferencia de prensa que brindó ayer.

En tanto Cofré, precisó que en el yacimiento El Portón, ubicado en el norte, se produjo un corte de luz a las 21 del jueves, «que según tenemos entendidos se generó por presiones de los miembros del sindicato de petroleros hacia los empleados» del EPEN, organismo encargado de suministran la energía, afirmó.

La policía dispuso un operativo en las vísperas del paro, que contó con la presencia de 130 efectivos de la policía provincial. La mayoría fue distribuida en las bases de Loma de la Lata, Puesto Hernández, El Trapial y en la zona de Rincón de los Sauces, según preciso Brillo.

La provincia dijo que no se tomaron pozos

NEUQUEN (AN).- Sin pozos tomados y con el transporte ininterrumpido de crudo a través de la Cordillera de los Andes, el único incidente reconocido por el gobierno neuquino fue la baja de presión en el Gasoducto del Pacífico en horas de la madrugada. A cinco horas de iniciado el paro de los petroleros sonó la primera alerta pero casi de inmediato se instaló en la planta de Rincón de los Sauces una guardia que permitió normalizar el funcionamiento de la planta compresora. El episodio fue admitido en una conferencia de prensa por el equipo formado por el ministro de Trabajo y Seguridad, Luis Manganaro y los subsecretarios Ernesto Seguel -Trabajo- y Eduardo Carbajo -Energía-, y la plana mayor del sindicato petrolero con Guillermo Pereyra a la cabeza. Allí se anunció la “conciliación voluntaria”, un proceso que correrá paralelo a la obligatoria dictada por el gobierno nacional y que la administración de Jorge Sobisch encaró para intentar retener su competencia en un conflicto que, por poco, no llegó nuevamente a esferas diplomáticas. Manganaro aseguró que el gobierno nacional “carece de facultades” para dictar la conciliación obligatoria, y Pereyra se ufanó en “haber sacado del medio la suma no remunerativa -de 1.500 pesos por trabajador-” que permitió distender las negociaciones y que se dirimirá en la cartera laboral nacional. La línea intermedia de ejecutivos de las empresas -Repsol YPF, Chevron-San Jorge, Capex y Petrobras- no firmó nada, y éstas no se dieron por notificadas de la conciliación voluntaria.

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