Sebastián Giménez y la plástica como medio lúdico

Con "La vida es un juego", Sebastián Giménez presentará este fin de semana su visión de la plástica. La muestra es una apuesta que toma ese lenguaje para expresarse.

PATAGONES (AV) Con el evento-muestra «La vida es un juego» Sebastián Giménez presentará por primera vez su propuesta plástica ante la mirada del público. La cita será hoy, mañana y el domingo a partir de las 20, en Roca y Villegas de Carmen de Patagones.

Sebastián explica que la propuesta nace del concepto de que «si uno se puede desbloquear, la vida realmente se transforma en algo lúdico, que puede ser placentero, divertido. A partir de esto, yo creé un código en el que la base de los cuadros tiene una referencia a algún juego».

También explica que ronda en esta serie de «cuadros luminosos» el concepto de libertad asociado indisolublemente con la vida.

Actualmente interesado en las instalaciones, en el arte que interactúa con el espectador, el joven maragato bucea en el concepto de que «la obra no es sólo el objeto que está colgado», porque el espectador es el que siente, el que vivencia y el que decide si se abre o se cierra ante el hecho artístico.

Giménez hace referencia al arte lúdico de Mireya Baglietto, con quien tomó un taller en Viedma el mes pasado, y de quien le llamó la atención su particular forma de ver el arte.

Sebastián apuesta a que su camino artístico se aleje del museo, que se pueda crear desde la mirada, la escritura o el baile. Así trabaja con diferentes materiales, saturando los colores al máximo, con estructuras donde coloca ventanas con vinilo para carteles de iluminación, creando cuadros traslúcidos en los que bombardea colores a través de una fuerte iluminación.

Además de las obras, acompañará la muestra una banda de sonido compuesta por música electrónica con temas de Gustavo Cerati, Flavio Etcheto, Daniel Melero y Leo García.

Pero el joven señala que «esto es hoy, lo que muestro ahora». En contraposición con esta estridencia y este aluvión de imágenes, comenta que está interesado en el minimalismo, en aproximarse hacia «el concepto de que menos es más».

El artista comarcano razona que una vez aceptadas las condiciones o códigos básicos de las disciplinas artísticas, «después podés hacer lo que quieras», y siente que en la zona se respetan demasiado los códigos y que las expresiones están muy atadas a las convenciones.

Muy relacionado con el teatro, Sebastián acepta que la plástica es un medio, la forma de bajar hoy lo que piensa; «es la puerta para decir yo puedo, yo me doy permiso para mostrar y sacar este trabajo».

En la Comarca Viedma-Patagones tomó sus primeras clases de teatro y a los 17 se fue a La Plata a estudiar en la Escuela Provincial de Teatro. Luego de un año abandonó la carrera para ingresar al elenco de una comedia musical infantil, «El show de los chicos enamorados», donde tenía que actuar, cantar y bailar. Con esa tentación enfrente, decidió que era tiempo de «hacer», más que de quedarse en un aula. Luego trabajó con grupos independientes de teatro, hasta que enfiló hacia Buenos Aires para esta vez sí estudiar formalmente, e ingresó a un conservatorio en el que estudió por dos años.

Anduvo dando vueltas, haciendo escalas por distintos lugares, hasta que recaló otra vez en Patagones; en esta etapa adoptó la plástica como medio expresivo y picoteó en varios talleres en la Escuela de Artes.


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