Secretos para relajarse, cuidar la postura y prevenir dolores en el ambiente laboral

Atender permanentemente el teléfono y sostenerlo con la cabeza, más permanecer horas frente a una computadora, más vivir situaciones estresantes permanentemente: ¿el resultado? Los músculos y articulaciones se contracturan y se hacen sentir. La tendencia de la “Office Gym”, para relajarse en medio de la rutina diaria.

Horas y horas sentados sin tener tiempo de ir al baño o servirse un café. Teléfonos que suenan y mails que llegan y, en algunos casos, jefes y jefas extremadamente exigentes.  Si a esto le sumamos el estrés, las tensiones y las responsabilidades, nos encontramos con que de a poco la salud se va comprometiendo: los músculos y las articulaciones se contraen y aparecen los dolores y las molestias. Con esto en mente, varias empresas preocupadas por el bienestar de los empleados y con el objetivo de mejorar su rendimiento inventaron hace algunos años en los Estados Unidos el concepto de “Office Gym” o gimnasia en la oficina, que luego fue exportado a Europa y se ha comenzado a instalar en Sudamérica. “La práctica de hacer gimnasia en el lugar de trabajo ha sido ideada por los países desarrollados para ser aplicada, especialmente, en caso de empleos sometidos a tareas de repetición constante. La idea es favorecer la relajación, la meditación y los cambios de postura a fin de evitar contracturas, dolores y complicaciones articulares. Hace algunos años, esta metodología desembarcó en Brasil y de a poco está llegando acá”, explica el Dr. Rubén Castaño, jefe del Servicio de Kinesiología del Hospital Universitario Austral. Aclara que, por ahora, se aplica mayoritariamente en las empresas de alta producción. “Las ventajas son muchas: desde el punto de vista físico, ayuda a sentirse mejor, más cómodos, y a evitar contracturas; desde lo psíquico, además, genera bienestar y contribuye a desarrollar más resistencia al estrés”, agrega Castaño. A lo largo de los años, los estudios sobre la productividad de los trabajadores han demostrado que la falta de movilidad y el estrés repercuten de manera negativa en las empresas. Así se desarrolló la ergonomía, que analiza los datos biológicos, psicológicos y tecnológicos aplicados a los problemas de adaptación entre el hombre, el trabajo y su medio ambiente.   “Nosotros creemos que sin salud no hay proyecto que sea un éxito, razón por la cual para que una institución ‘funcione’ es necesario generar movimiento.  Esto incluye cualquier tipo de actividad en la cual una persona se levante de la silla y mueva el cuerpo para descontracturarlo, estimulando la circulación y devolviéndole así la vitalidad. Por esto, proponemos no sólo hacer actividad física en la oficina, sino también diseñar el ambiente de trabajo para disminuir los riesgos de la movilidad restringida, las posturas inadecuadas, la mala iluminación y los ruidos, entre otros factores”, señala Ulla Hofmann, profesora Nacional de Educación Física y directora de Office Gym, una empresa con más de 11 años de historia. “Yendo concretamente a lo físico, proponemos `Pausas activas de movimiento en la oficina´, que consta de ejercicios de movilidad, articulación y estiramiento durante 15 minutos desde el mismo puesto de trabajo”, postula Hofmann, que sostiene que cinco minutos de ejercicio por hora previenen los daños provocados por el sedentarismo. El Dr. Castaño, por su parte, recomienda extender este tiempo a “al menos una hora”, de modo de combinar ejercicios de precalentamiento, primero, luego una rutina de trabajo aeróbico, fortalecimiento muscular y reestablecimiento postural y, por último, movimientos de relajación. “Es conveniente repetir esta práctica tres veces por semana y, en lo posible, complementarla con un deporte fuera del trabajo”, culmina el Dr. Castaño.

Algunos “tips” para tener en cuenta El Dr. Castaño y la profesora Hofmann elaboraron una “guía” con algunos consejos útiles para prevenir el desarrollo de molestias y problemas de postura: – Evitar atender el teléfono sosteniéndolo con la cabeza. En caso que esto sea estrictamente necesario, tomar una llamada de cada lado. Es decir, cambiar el tubo de oído. – Mover el monitor de lugar para evitar que la vista (y por ende la cabeza y el cuello) se dirijan siempre al mismo lugar. – Levantarse a cada rato y caminar al menos 10 metros. Puede acompañar la caminata con movimientos circulares de los brazos.  – Sentarse cerca del escritorio, con la espalda derecha, completamente apoyada en el respaldo de la silla y justo enfrente de la pantalla de la computadora. – Los pies deben estar apoyados en el piso o en una superficie adecuada.  – Procurar que se forme –entre el muslo y la pierna, aunque también entre el brazo y antebrazo- un ángulo de 90º – Ubicar el teclado de la computadora no al borde del escritorio sino a unos 15 cm para poder apoyar la muñeca.

FUENTE: Lic. Mariana Israel Prensa Hospital Universitario Austral misrael@cas.austral.edu.ar | www.hospitalaustral.edu.ar

    


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