Sector inmobiliario acumula doce meses de baja
En noviembre las ventas cayeron un 43,5% respecto del mismo mes del 2011 pero en el sector todavía no se esperan grandes cambios en los precios. Esta cifra surge de un informe difundido esta semana por el Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires. De esta forma, se cumplieron doce meses consecutivos con números en rojo. Los escribanos porteños precisaron que en noviembre se registraron 3.466 operaciones de compraventa de viviendas en la Ciudad por un total de 1.561,3 millones de pesos. La baja de noviembre fue la segunda más pronunciada desde que a fines de octubre del 2011 el gobierno comenzó a aplicar medidas de control en el mercado cambiario que se fueron intensificando conforme transcurrían los meses. La imposibilidad de adquirir dólares paralizó las operaciones inmobiliarias, porque los vendedores se resisten a recibir pesos. El valor promedio de las escrituras registradas en noviembre alcanzó los 450.449 pesos, lo que equivale a 93.816 dólares al tipo de cambio oficial. Respecto de un año atrás, el monto se estancó en pesos pero cayó 11,3% en la divisa norteamericana. En el acumulado de los once meses del 2012 se concretaron 42.145 escrituras de compraventa, lo que significa una contracción del 27% frente al mismo período del 2011, mientras que en pesos la baja fue del 20,3% y en dólares llegó al 27,4%. El deterioro se concentra en la transacción de viviendas usadas y no tanto en los nuevos emprendimientos. Según una encuesta realizada por la consultora Reporte Inmobiliario, los actores del sector destacan como un elemento positivo la flexibilidad demostrada por los desarrolladores hacia la venta en pesos y la velocidad con la que se asimiló el cambio en el segmento de las obras desde el pozo. Además, casi en forma unánime señalaron las restricciones cambiarias como lo que produjo un impacto negativo dentro del mercado de compraventa de inmuebles. De cara al próximo año algunos de los consultados estiman que no habrá grandes cambios con respecto a lo vivido durante el 2012, en tanto otro grupo confía en que este año será mejor. Las expectativas positivas de estos últimos se fundamentan en la asimilación gradual a operar en pesos que debería asumir el mercado y la disponibilidad de pesos excedentes en nuestra economía (producto de la emisión monetaria destinada a financiar el déficit fiscal), que se canalizarían hacia la inversión inmobiliaria.
En noviembre las ventas cayeron un 43,5% respecto del mismo mes del 2011 pero en el sector todavía no se esperan grandes cambios en los precios. Esta cifra surge de un informe difundido esta semana por el Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires. De esta forma, se cumplieron doce meses consecutivos con números en rojo. Los escribanos porteños precisaron que en noviembre se registraron 3.466 operaciones de compraventa de viviendas en la Ciudad por un total de 1.561,3 millones de pesos. La baja de noviembre fue la segunda más pronunciada desde que a fines de octubre del 2011 el gobierno comenzó a aplicar medidas de control en el mercado cambiario que se fueron intensificando conforme transcurrían los meses. La imposibilidad de adquirir dólares paralizó las operaciones inmobiliarias, porque los vendedores se resisten a recibir pesos. El valor promedio de las escrituras registradas en noviembre alcanzó los 450.449 pesos, lo que equivale a 93.816 dólares al tipo de cambio oficial. Respecto de un año atrás, el monto se estancó en pesos pero cayó 11,3% en la divisa norteamericana. En el acumulado de los once meses del 2012 se concretaron 42.145 escrituras de compraventa, lo que significa una contracción del 27% frente al mismo período del 2011, mientras que en pesos la baja fue del 20,3% y en dólares llegó al 27,4%. El deterioro se concentra en la transacción de viviendas usadas y no tanto en los nuevos emprendimientos. Según una encuesta realizada por la consultora Reporte Inmobiliario, los actores del sector destacan como un elemento positivo la flexibilidad demostrada por los desarrolladores hacia la venta en pesos y la velocidad con la que se asimiló el cambio en el segmento de las obras desde el pozo. Además, casi en forma unánime señalaron las restricciones cambiarias como lo que produjo un impacto negativo dentro del mercado de compraventa de inmuebles. De cara al próximo año algunos de los consultados estiman que no habrá grandes cambios con respecto a lo vivido durante el 2012, en tanto otro grupo confía en que este año será mejor. Las expectativas positivas de estos últimos se fundamentan en la asimilación gradual a operar en pesos que debería asumir el mercado y la disponibilidad de pesos excedentes en nuestra economía (producto de la emisión monetaria destinada a financiar el déficit fiscal), que se canalizarían hacia la inversión inmobiliaria.
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