Secuestran redes y equipos a pescadores furtivos

El procedimiento se hizo en la zona del Limay medio. Hallaron 70 truchas.

CIPOLLETTI (AC).- Cañas y equipos completos, varias redes para capturas de noche y casi 70 truchas, fue parte del secuestro que se realizó durante controles para evitar el accionar de pescadores furtivos.

Así como no cesa la actividad de este tipo de pescadores, tampoco cede la presión que ejercen sobre ellos los guardapescas de la mesa directiva honoraria de Pesca Deportiva del Alto Valle.

Este personal realizó un operativo en la zona del río Limay Medio, entre la represa de Pichi Picún Leufú y Naupa Huén.

Con la ayuda de una embarcación y el apoyo de una camioneta 4×4, patrullaron la margen derecha del Limay con datos concretos, incluso por estadísticas, de que en esta época, desconocidos aprovechan que las truchas marrones continúan desovando, y operan en las lagunas que se forman por las erogaciones de las represas.

En el operativo realizado en la pasada semana, el personal de tierra observó con prismáticos los movimientos de los pescadores e iba comunicando por radio a otra comisión que bajaba el Limay en lancha para ubicar a los que capturaban presas en veda absoluta y total.

De tal forma se recorrieron distintos puestos labrando numerosas actas de infracción con el secuestro de peces sacrificados y los equipos utilizados por esas personas.

Son importantes los daños que se ocasionan con la pesca en esta época.

«La mortandad más nociva se abate sobre los reproductores más fértiles de la pirámide poblacional, es decir, los ejemplares maduros sexualmente y con mayor capacidad reproductiva», dijo uno de los colaboradores de la mesa honoraria, el cipoleño Gustavo Jorge Monti.

En este período, denominado de «fresa», los ejemplares adultos se hallan vulnerables e indefensos, ocupados en la reproducción, por lo que es fácil aunque antideportivo capturarlos.

Una hembra de trucha marrón del Limay produce aproximadamente 1.500 ovas por cada kilo de peso, por lo que matando una trucha de dos kilos se estaría exterminando, por relación directa, a unas 3.000 ovas, además de eliminar a una hembra potencialmente fértil para varias temporadas.

Las mayores acciones de los guardapescas se focalizan en el río Negro, el que es patrullado a diario. Aquí los daños son producidos por pescadores que venden el producto de su depredación, y lo hacen calando redes.

Entre Valle Azul y la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, se secuestran entre cinco y diez redes por semana, activando las autoridades las infracciones pertinentes.

El radio de acción de la mesa, de Valle Azul a la Confluencia, se ha extendido hasta Catriel, en una tarea de concientización de los pescadores para que no haya depredación en el río Colorado y en el lago de la represa Casa de Piedra.

Para esta lucha en defensa de la fauna ictícola, la mesa honoraria recibirá en plazo mediato otra camioneta 4×4, una nueva embarcación, más equipos de comunicaciones y otra dotación de guardapescas.

Esto -dice un comunicado- «permitirá realizar integralmente un plan de control sostenible y planificado durante todo el año, e ir cerrando cada vez más el círculo sobre los que impunemente, violando reglamentaciones, producen daños incalculables».


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