Segovia quedó involucrado por lo de la escribana

NEUQUEN (AN)- La existencia de una operación para intentar que una escribana confeccione un acta antedatada, y así contrarrestar la denuncia de Jorge Taylor, quedó ratificada con el requerimiento fiscal conocido ayer. El principal involucrado en la maniobra es el abogado Martín Segovia, contratado por la fiscalía de Estado al comienzo de la actual administración Sobisch, a quien la fiscalía pidió que se le tome declaración indagatoria como presunto autor del delito de cohecho activo.

La operación fue conocida gracias a la denuncia de la escribana Silvia López Alaniz, presentada el pasado domingo 8, un día antes de que el diputado Osvaldo Ferreyra anunciara, en conferencia de prensa, que había documentado en una escribanía -que no mencionó- que Taylor había intentado coimearlo.

López Alaniz, tal como informó este diario en aquellos días, se presentó en la fiscalía y denunció que una persona -a la que en un primer momento no identificó- concurrió a su domicilio el sábado 7 y le solicitó «la confección de un acta de depósito con fecha lo más anterior posible».

Cuando ella preguntó para qué, esta persona le respondió: «se trata de una contraprueba respecto de la denuncia de Taylor que compromete a Ferreyra». Al ampliar su declaración, López Alaniz dejó sentado que «no tiene en esto ningún interés particular ni quiere que se le dé una connotación política, porque su denuncia sólo está motivada por lo que considera un deber cívico».

En esta ampliación de denuncia, formulada el miércoles 11, dijo que el sábado a las 13 se presentó en su casa Martín Segovia, «visiblemente apurado», y le pidió que se fuera con él porque la necesitaba. Subió al automóvil del abogado y dieron unas vueltas.

«Martín le explicó que habían filmado a Ferreyra ofreciendo una coima a Taylor para dar quórum en la Legislatura, y que por eso estaban armando la contraprueba y necesitaban hacer un acta de depósito antedatada, donde le entregarían un sobre cerrado con documentación reservada para que lo conserve en la escribanía hasta que se lo soliciten».

«Era fundamental que el acta fuera de fecha anterior al escándalo, si era posible del lunes o martes anterior. Le dijo que había 30.000 pesos disponibles para eso».

La escribana le respondió que tenía que ver si eso era posible, y Segovia le dijo que iba a volver en un rato, «que tuviera en cuenta que el requirente no iba a ser ni él ni Ferreyra y que si le parecía, podía traer dos testigos».

Segovia regresó a la tarde, le dijo «que tenía el nombre del requirente, los testigos y el dinero, aclarándole que no serían 30.000 pesos sino 20.000, que si le parecía bien repartirían en partes iguales y que lo podían hacer inmediatamente».

Para entonces, la escribana ya había hecho consultas entre amigos y allegados. Le respondió a Segovia que ese no era el momento de confeccionar el acta, y fijaron como fecha el lunes siguiente, entre las 9 y las 10.

«Cuando Martín se retiraba se acercó al vehículo y vi que en su interior se encontraba otra persona a la que reconoció como el Cheto Carbajo, a quien saludó», dice el escrito de la fiscalía.

La escribana siguió haciendo consultas y así tomó contacto con el el ex diputado Gustavo Vaca Narvaja, a quien no conocía. Por su intermedio llegó a la fiscalía de Delitos contra la Administración Pública e hizo la denuncia. La fiscalía citó a todos los testigos que hablaron del tema con la escribana, quienes «corroboraron hasta en los detalles más nimios el suceso relatado por López Alaniz», y consideró probada la comisión del delito por parte de Segovia, cuya indagatoria solicitó.


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