Semana clave para la lucha contra la carpocapsa
A 250 carpogrados nace la primera generación. Las condiciones del tiempo apuran los pasos.
La cura con insecticidas debe realizarse antes de llegar a los 250 carpogrados, momento en que nacerá la primera generación de carpocapsa. Sin embargo desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se advirtió, dadas las altas temperaturas que se registraron en los últimos días, que en caso de continuar estos registros climáticos puede producirse un adelantamiento en este fenómeno, y la aparición de las primeras larvas podría ocurrir entre mediados y fines de esta semana. «La acumulación de los grados días que son unidades fisiológicas de desarrollo están estrechamente relacionadas con la temperatura, por lo tanto, es de esperar que si las temperaturas son altas, estos 250 grados día se cumplan antes, y si las temperaturas son frescas, tarden más y se den 3 o 4 días posteriores», se indicó.
En este sentido, el plan de curas debe ponerse en marcha dado el inevitable avance de la plaga, aunque el escenario es por demás complejo dado que aún no abundan las certezas sobre la llegada efectiva de los agroquímicos a manos del sector productor. Frente a esto, el panorama sanitario para esta temporada se avizora «obviamente mal», consideró la investigadora del INTA Alto Valle, Liliana Cichón, porque «si uno no tiene un plaguicida, sea cual sea, un insecticida para el control de carpocapsa, estamos muy mal porque la situación de, entre comillas, riesgo sanitario que tiene la región es bastante importante», sostuvo.
La alta densidad poblacional de carpocapsa que hubo durante la temporada anterior, se precisó, implica que «cada productor debe puntillosamente realizar un estricto control de la plaga». Incluso, teniendo en cuenta el elevado porcentaje de daño que se registró en la región, Cichón destacó la necesidad de realizar una triple aplicación. «Si un chacarero tuvo porcentajes superiores al 1,5%, lo que se está aconsejando en estos momentos es que se realicen tres aplicaciones de manera de poder cortar el ciclo de la carpocapsa, o realizar una máxima eficiencia de las aplicaciones y disminuir el riesgo de la plaga durante la temporada». (Ver aparte)
La investigadora del INTA opinó que la problemática de plaga que afecta a la fruticultura, que incluso originó la suspensión transitoria de los envíos de fruta valletana a Brasil, constituye «un problema estructural en el Valle», y agregó que se trata de «un problema de control de gestión, que no tiene que ver sólo con lo tecnológico. Por qué hay algunos que no tienen carpocapsa, simplemente porque hacen las cosas bien», expresó además.
Cichón se mostró a favor de abrir el juego a nuevas alternativas en la lucha contra la plaga y también convencida de la necesidad de contar con una política definida en la región. «Se podría armar una estrategia regional, en este momento estoy hablando sólo de los insecticidas, y en realidad también tendríamos que tomar en cuenta otros métodos alternativos como la técnica de la confusión sexual, cuya eficacia está probada».
Aconsejan tres aplicaciones
ALLEN (AA).- Si bien cada productor debe analizar llegado el momento de realizar la cura, su propia capacidad operativa, el estado climático, la superficie a curar y los porcentajes de daño que tuvo anteriormente, desde la Estación Experimental Alto Valle se recomendó al sector primario realizar tres aplicaciones con insecticida.
«El productor deberá ver si la debe repetir, en qué casos y qué estrategias de control utiliza», se indicó, pero «de todas maneras con los porcentajes de daño que estábamos manejando la temporada anterior y el `riesgo sanitario» que poseemos porque hay muchas chacras que tienen problemas bastante importantes de carpocapsa, la idea sería no relajarse y en todo caso efectuar las tres aplicaciones», explicó Cichón.
Por otra parte, si bien en muchos casos ya se inició la primer aplicación, se hizo hincapié en que los productores estén atentos y conozcan con certeza «en cuánto tiempo pueden llegar a realizar las tareas de pulverizaciones en su monte frutal porque cuando se cumplen los 250 grados día el insecticida debe estar aplicado».
La confusión sexual como aliada
ALLEN (AA).- La técnica de confusión sexual, como un valioso aliado de los plaguicidas, en el control y combate contra la carpocapsa sigue siendo en la región una herramienta que «aún no es aprovechada como debiera ser», consideró la investigadora del INTA, pese a que «los beneficios de la técnica son enormes y está probada su eficacia» en el Valle.
Además la especialista del área de sanidad, manifestó que el uso de esta tecnología de control -que reduce la existencia de residuos en la fruta- contribuiría a evitar la resistencia de los insectos a determinados agroquímicos.
«Ya tenemos problemas de resistencia con algunos insecticidas, y sería lamentable que con los pocos que nos quedan pase lo mismo», señaló Cichón, por esta razón opinó que «debemos incorporar otro tipo de estrategias en donde tengan un modo de acción en el control diferente (…) y en el uso de la técnica de confusión sexual sería extremadamente importante la agrupación de productores y la creación de bloques que después se vayan extendiendo en el tiempo, de manera que todo el Valle pueda entrar dentro de esta tecnología».
Los primeros ensayos sobre la implementación del método de confusión sexual en la zona datan de principios de los «90, sin embargo «todavía el porcentaje de utilización es mínimo», se apuntó.
Según estimaciones, en la región existen unas 6 mil hectáreas bajo esta técnica, algunas de éstas son bajo producción orgánica y el resto la utilizan como una herramienta más para disminuir las poblaciones de plaga dentro de su monte frutal o para producir fruta orientada a determinados programas especiales que requieren de un mínimo uso de insecticidas.
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