¿Será Lavagna un nuevo opositor?

Desde el duhaldismo consideraron que el único papel que le queda al ex ministro es el de ubicarse en la oposición. Kirchner sigue irritado porque no le agradeció en su discurso de despedida.

BUENOS AIRES (ABA).- Néstor Kirchner sigue rumiando bronca contra Roberto Lavagna: lo último que le reprochó fue haberse despedido en forma «desagradecida».

El ex ministro, por respuesta, ha decidido mantener hasta mediados del 2006 el suspenso sobre su proyección política, en tanto que núcleos centrales del duhaldismo que lo prohijó, presagiaron que al exhibirse como la otra cara de la moneda del presidente, el único espacio que le queda «es la oposición».

El lunes por la noche, en una amable tertulia en la embajada británica, un dirigente gremial de «los gordos» de la CGT, argumentó que era una mala señal la despedida de Lavagna, porque le privaba al presidente «tener una contracara en el gabinete».

El comentario fue escuchado por varios de los asistentes a la charla, pero el cruce sorprendente partió de quien supo ser mano derecha de Eduardo Duhalde. Dijo que ante los «muy atrevidos» avances de Lavagna tras las elecciones del 23 de octubre, era lógica la remoción pues Kirchner debía dar «un gesto de autoridad importante».

«Es equivocado que un ministro sea la contracara del presidente. Para eso está la oposición», expuso el ex ministro de Duhalde, que no tuvo empacho en recordar la experiencia del bonaerense con Lavagna.

Señaló que cuando los hechos económicos no andaban sobre ruedas, más de una vez Lavagna amenazó con renunciar. Y Duhalde, que no era un experto en la materia, se rendía ante los planteos de su colaborador y accedía a sus exigencias para retenerlo en el cargo.

En los últimos meses Duhalde tomó alguna distancia de Lavagna. Consideraba que había puesto «el piloto automático» y que no aprovechaba las circunstancias favorables de la bonanza económica para profundizar «un modelo productivista» de país.

Solía contar una anécdota: en una oportunidad el ex ministro lo invitó a desayunar a su casa, y cuando iba camino a ella se preguntó a sí mismo: «¿para qué voy? No lo podré hacer cambiar de opinión».

En la Rosada, mientras, analizaron la conferencia postrera de Lavagna. Hubo molestias porque «no dijo una sola palabra de agradecimiento al Presidente» y un brote de furia de Kirchner porqué el ex ministro expuso que hubiese sido una «indignidad» participar de la campaña electoral en contra de Duhalde.

«Acaba de lanzar el partido 'Viva Argentina'», comentaron irónicamente algunos cerca del despacho presidencial. Pero, otros advirtieron que Lavagna se puede ir a su casa o ser «un asiduo visitante de Comodoro Py», la sede de los tribunales porteños.

Por lo pronto, el ARI de «Lilita» Carrió, le está pidiendo al ex ministro que aclare sus denuncias sobre cartelización y sobreprecios en el área del influyente Julio de Vido. Se especuló con que algún fiscal podría lograr la comparecencia de Lavagna en la justicia.

En el gobierno se indicó que al economista «se le contaban las costillas» todos los días y que algunos de sus hoy ex funcionarios «no resistirían la más mínima investigación».

Carrió, que podría tener en Lavagna a un futuro competidor, declaró en su momento que éste no es un santo y «tiene un ratón (seudónimo de uno de sus colaboradores) que le recauda».

Notas asociadas: Pampuro: «La relación era tensa» Incertidumbre entre empresarios y economistas En la prensa extranjera CAMBIOS EN EL GOBIERNO: Miceli se reunió con Kirchner y planteó una mayor intervención en el mercado

Notas asociadas: Pampuro: «La relación era tensa» Incertidumbre entre empresarios y economistas En la prensa extranjera CAMBIOS EN EL GOBIERNO: Miceli se reunió con Kirchner y planteó una mayor intervención en el mercado


BUENOS AIRES (ABA).- Néstor Kirchner sigue rumiando bronca contra Roberto Lavagna: lo último que le reprochó fue haberse despedido en forma "desagradecida".

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora