“Será un ajuste prolijo”
Para el exintedente, la crisis es distinta a la de los 90, pero igual tendrá consecuencias.
ENTREVISTA A RAMÓN RIOSECO
De una política proactiva, pasamos a la baja de entre el 20 y el 30% desde que ganó Macri.
Aquel frío invierno del 96 catapultó a Ramón Rioseco a la gran política más por necesidad que por voluntad. Con YPF privatizada y luego de meses de precios de los hidrocarburos por el suelo, Cutral Co se alzó en una histórica pueblada. El petróleo, tan atado a la historia neuquina, provocaba una de las crisis más importantes en la historia de esta joven provincia.
Veinte años más tarde, el Estado recuperó el control de YPF. Pero los precios del petróleo empezaron a derrumbarse de nuevo. ¿En qué se parece esta crisis con aquella de los 90? “Río Negro Energía” conversó con el exintendente de Cutral Co, ahora parlamentario del Mercosur, sobre este tema. Crítico de la gestión de Mauricio Macri y defensor del kirchnerismo duro, Rioseco asegura que se viene un ajuste y critica la política de reducción de YPF. También apuntó contra el gobernador Omar Gutiérrez y el titular de Petroleros, Guillermo Pererya.
Pregunta-¿Cómo ve la situación de la provincia en relación a la baja del crudo?
Respuesta- Con preocupación, porque veo un cambio de rumbo en cuanto la política petrolera. En 2012 se planteó la necesidad de reconstruir la matriz energética del país. Por eso se estatizó YPF. Ahora, el escenario mundial de la baja del petróleo es la excusa perfecta para cambiar de rumbo. De una política proactiva, conducida por parte de YPF tanto en el desarrollo como en las inversiones, pasamos a la baja de entre el 20 y el 30% desde que ganó Macri. Pasamos de una política pro-Estado a esta política donde se apuesta todo al mercado. Así quedamos librados a un barril de petróleo de 30 dólares, que significará una pérdida de entre el 25 y 30% de puestos de empleo.
p-¿Ese escenario le parece inminente?
r- Sí, está ocurriendo. El petróleo es una industria explosiva en términos de desarrollo económico. Puede haber 10 o 12 personas perforando pero el derrame en otros servicios y en obra pública vía impuestos y regalías es muy grande. Eso se ve afectado también. Desde que se frenó la caída de la producción en 2012 Neuquén sufrió una revolución económica. A tal punto que en noviembre de 2015, según el Indec, sólo había un 2% de desocupación. Ahora va a haber un impacto entre los trabajadores que se van a ir a la casa con la mitad del sueldo, y también de los demás sectores, como transporte, servicios, etc. Y en esos mismos porcentajes se afectará la renta de Neuquén.
p- El gobierno de Macri tomó medidas de contingencia que en cierto modo continúan las del kirchnerismo. Sostuvo el precio interno del petróleo y ahora aumentará el del gas…
r- Pero no alcanza. Podemos poner el barril criollo a 100 dólares, pero si le sacamos a YPF la iniciativa de invertir no cambia nada. Hay un claro interés de achicar a YPF para que vuelva a manos de los privados. Esta no es la crisis del 2008, donde hubo una política contracíclica. Hoy tenemos una apuesta al mercado, que es un atentado contra YPF y contra la provincia de Neuquén. Los neuquinos tenemos que defender nuestro futuro. Por eso creo que la decisión de Guillermo Pereyra –titular del sindicato de petroleros– y del gobernador Omar Gutiérrez de no reclamar que no se pare la actividad es grave. Chubut tomó una decisión distinta, aún en una situación peor: consiguió un subsidio por barril y se exigió que todos estén en el campo. Acá se ajustó y se va a parar la actividad. Tenemos 22 equipos parados.
p- Chubut resignó regalías para ese subsidio. ¿Cree que Neuquén debería haber tomado el mismo camino?
r- No hay que resignar nada. Pereyra y Gutiérrez tienen que exigirle al presidente Macri que YPF siga invirtiendo lo que venía invirtiendo. La empresa venía invirtiendo 3.000 millones de dólares por año, pero la caída del 20% es una situación compleja.
p- Usted vivió de cerca la crisis de los 90, con bajos precios del petróleo y una YPF privatizada. ¿Ve alguna similitud con la situación actual?
r- Era un fin de época. Veníamos de una implosión del Estado. En este caso creo que tenemos que una derecha más moderna, más prolija. Y una concepción que cree que apostando al mercado se puede salir adelante. Si abrimos la importación de gas desde Chile, por ejemplo, es peligroso para Neuquén. Lo mismo si se abre la importación de petróleo. El barril de 67 dólares lo paga la gente y lo que hay que hacer es que YPF siga invirtiendo.
p- ¿Cree que pueden repetirse las consecuencias sociales?
r- No van a ser iguales a las de los 90, que fueron violentas y crueles. Este va a ser un ajuste más prolijo. Mandar gente a la casa o solicitar retiros voluntarios es un ajuste prolijo. Pero en el mediano plazo vamos a tener consecuencias, sobre todo a nivel provincial y municipal en las cuentas públicas por la caída de las regalías.
p- Eso pasó en el gobierno de Felipe Sapag con el petróleo a 12 dólares…
r- Sí, fue un cóctel explosivo. El ministro Aranguren “le vende” a Gutiérrez y Pereyra que pasamos la crisis y esto se reactiva rápido. Pero no es así, estamos ante un cambio de ciclo, de modelo político. Ellos esperan que esto se reactive de la mano de empresas privadas y ya sabemos cómo termina.
p- ¿Cómo analiza la gestión de Galuccio en YPF?
r- Lo he cuestionado mucho porque jugó todas las fichas a través de la ley de hidrocarburos para concentrar la riqueza en Puerto Madero. La peor noticia que tenemos de la ley de hidrocarburos es que permite una baja de las regalías que es muy negativa, porque se constituye en un saqueo de los recursos naturales de Neuquén, por más que haya apoyado al gobierno anterior. Él hizo su trabajo: quedarse con toda la renta. De los nuevos yacimientos sólo nos queda el 9%. Lo que planteo es que tenemos que tener más renta y autodeterminación. Necesitamos una YPF neuquina.
p- ¿GyP no es eso?
r- No, a GyP la armaron para hacer negocios. Necesitamos otra cosa, una empresa que explore y opere y aporte al desarrollo provincial (R.A.)
Datos
- De una política proactiva, pasamos a la baja de entre el 20 y el 30% desde que ganó Macri.
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