Si la tele no va a Marcos, Marcos va a la tele

MEXICO (AFP) – El subcomandante zapatista Marcos, cuya gira por México pasaba sin pena ni gloria, regresó ayer al primer plano de los medios al presentarse sorpresivamente en persona en la emisora Televisa, donde advirtió, con dramatismo, que hay un escenario de conflicto y existe el riesgo de un estallido social.

«La situación que está pasando va a llevar a eso, a la gente, a estallidos de violencia», dijo Marcos en el noticiero televisivo matutino, tras reafirmar que no piensa por el momento irse de la capital mexicana.

Ataviado con su eterna capucha y traje de guerrillero, Marcos advirtió: «Nos quedamos hasta que salgan todos».

Marcos se refería a los 211 encarcelados tras unos graves incidentes en el pueblo de San Salvador Atenco, una comunidad en la periferia de la capital, escenario de una batalla campal la semana pasada.

Para Marcos, que no consigue congregar multitudes como hace cinco años, durante su histórico 'zapatour', los incidentes en San Salvador Atenco -sofocados con un impresionante despliegue policial- fueron el síntoma de un conflicto por venir. «La forma de desactivarlo es liberando a todos los presos, o sino, se va escalando esto cada vez más, y se crea el escenario que todos dicen que es el peor, que es el de la desestabilización», amenazó.

«Tenemos que construir una opción pacífica y civil porque lo que esta pasando es exactamente lo que ocurrió en 1992, cuando las bases zapatistas decidieron levantarse» en Chiapas (sureste), dijo.

Pero los incidentes han pasado prácticamente desapercibidos en el resto del país, inmerso en campañas electorales federales y estatales.

Marcos, sin embargo, decretó una «alerta roja» de la guerrilla zapatista en Chiapas (sureste) que dejó vacíos algunos poblados. Tras cinco meses de la denominada «Otra Campaña», el líder guerrillero encapuchado llegó a la Ciudad de México a fines de abril.

Declarado enemigo del gran capital, Marcos sorprendió con su presencia en la poderosa cadena Televisa, considerada la más importante de habla hispana y a la que antaño dirigió sus más duras críticas.

A lo largo de la entrevista, que duró una hora sin cortes comerciales, el encapuchado no resistió la tentación de hablar de su vida privada y de su futuro.

A 49 años de edad, según algunas fuentes, Marcos se ve tarde o temprano «muerto, por una bala», con la capucha puesta, aunque aseguró que no lo busca.

El líder de la guerrilla zapatista mexicana auguró un triunfo del centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador en las presidenciales de julio, pero no se privó de calificarlo de «embaucador» y «huevo de serpiente», entre otros calificativos, pero dijo que ganará por descarte. «Lo que va a pasar es que a Madrazo no le cree nadie, ni su familia, significa para el país no sólo el regreso del pasado, sino la actualización del crimen organizado», dijo el líder insurgente. Mientras que Calderón es la continuación de ese «perfil desdibujado» de un mal administrador que es el actual presidente, Vicente Fox. «López Obrador hace el cálculo y dice: 'Esto me sirve, no me sirve', según que diga cómo va a afectar en las encuestas», dijo «Marcos», quien descartó que el EZLN vaya a boicotear los comicios.