Signos vitales de un equipo que va por la gloria

El lugar que ocupa Canadá en el ranking de la FIFA. Jugó sólo el Mundial de 1986.

Veinticuatro años después de su coronación en México 86 y luego de varias frustraciones mundialistas, Argentina viajará a Sudáfrica el viernes con el ánimo en alza tras darse ayer un baño de afecto frente a 55.000 simpatizantes que colmaron el estadio Monumental. Si bien Canadá, que no jugará el Mundial, está situado en el puesto 63 del ranking de la FIFA y apenas llegó un par de veces al arco contrario, el conjunto “albiceleste entregó varios elementos positivos de cara al Mundial que Argentina iniciará el 12 de junio ante Nigeria en Johannesburgo. Éstos fueron algunos de los puntos positivos mostrados por el equipo frente a Canadá: Precisión, velocidad, efectividad. Antes de que llegara el aluvión de cambios del ST, Argentina tuvo el mérito de mostrarse sólida, precisa y veloz a la hora de pasar al ataque y sumamente efectiva para cambiar en goles sus llegadas. A ello se sumó la entrega de todos. “No hay amistoso que valga para esta camiseta…”, dijo Maradona tras el pitazo final El amor propio de Tevez. Su nombre fue el más ovacionado antes del partido, y él respondió con una entrega sin límites. El delantero del Manchester City jugó como si se tratara de la final del Mundial, incluso arriesgando su físico más de la cuenta. Se integró a la usina generadora de fútbol, dio aceleración al juego y fue generoso en las asistencias. El “jugador del pueblo” coronó su gran tarde con un gol propio, el cuarto. Laterales al ataque. Por primera vez, Maradona probó con Jonás Gutiérrez, habitual volante, en el lateral derecho, una opción alternativa a ubicar cuatro centrales en defensa. Tanto el futbolista del Newcastle United como Gabriel Heinze por la banda izquierda se mandaron al ataque, sumándose a las llegadas de los interiores Maxi Rodríguez y Di María. Despliegue, llegada y gol. Di María no estuvo tan activo, pero metió un golazo de su sello, cara interna de su pie izquierdo, al segundo palo. Y Maxi Rodríguez en 45’ le tapó la boca a quienes lo cuestionaban tras una temporada con muchos altibajos, con la potencia de su remate y la velocidad para lanzarse en ataque, las claves del primer y segundo gol. Además, en el primer tiempo, Diego pudo probar con Javier Pastore, de buena movilidad, como conductor sustituto para cuando el fìsico le pase factura a Juan Sebastián Verón. El poderío de su ataque. Con Messi preservado por una contractura y un cansado Diego Milito sentado en el banco tras su tarde de gloria del sábado en la final de la Champions League, Argentina dio muestras acabadas de su formidable poder ofensivo: Higuaín desparramó rivales a diestra y siniestra, Tevez aportó su cuota de gol, y Agüero entró, desbordó y sentenció. Además, y como carta milagrosa figura Martín Palermo.

DyN

AP

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