Silencio total

En una recorrida durante horas por Aeroparque, «Río Negro» no pudo acceder a otra información que no sea la de los pasajeros indignados con Aerolíneas. La indiferencia de quienes deben dar explicaciones es inalterable ante las preguntas de un periodista. Todas las frases terminan con :»Diríjase al sector de prensa».

Lo cierto es que desde el quiosquero hasta el que alquila los autos, y varios meseros del patio de comidas coincidieron que las demoras «son frecuentes a diario». Ellos, que saben poco, pero ven mucho, son lo que en definitiva tienen que soportar «las caras largas» de los pasajeros. «Al final nosotros no tenemos nada que ver, pero la gente descarga su bronca acá», comenta Federico, empleado de un lugar de comidas.

«Río Negro» hizo el intento de ingresar a las oficinas de «despacho de tráfico» para poder acceder al libro de quejas y a una entrevista con la encargada del área. Luego de varios intentos, no sólo no la recibió el responsable, sino que además se le negó el acceso al libro de quejas. «Es sólo para pasajeros», dijeron.