Sin brillar, el Pincha prolongó la paternidad

Estudiantes le ganó a Gimnasia con oficio y oportunismo, para silenciar a un estadio a pleno con el Lobo.

Sin jugar bien, pero con oficio, oportunismo y contundencia, algo que distingue al equipo ganador de los últimos tiempos, Estudiantes de La Plata superó ayer en cl clásico a Gimnasia y Esgrima, por 2-0 y se trepó, además, a la cima de las posiciones del torneo Clausura. Con 9 puntos está en la parte de arriba de la tabla.

El siempre presente Gastón Fernández y el imprescindible Enzo Pérez, de penal, en el segundo tiempo, hicieron los goles.

El partido fue de un desarrollo apenas discreto, y tuvo el color del Lobo en las tribunas, que quedaron en silencio luego de que el Pincha hizo la diferencia. Errores defensivos del ayer local en el “Ciudad de La Plata”, provocaron los goles de la victoria.

Poco y nada, fue la mejor definición para lo visto en los primeros 45 minutos. Demasiados cuidados, mucha tensión y la ausencia de jugadores capaces de tratar bien el balón fueron la constante en el campo.

Por la necesidad de conseguir un triunfo, Gimnasia (4 puntos) trató de tomar la iniciativa, pero esa intención duró apenas diez minutos. Mientras fue un poquito más, tuvo su chance en un cabezazo de Abel Masuero que se fue pegado al palo derecho del arco.

Después apareció Estudiantes. El equipo del Toto Berizzo trató de manejar la pelota con criterio, pero ante la “ausencia” de Pablo Barrientos, careció del hombre capaz de conseguir ese objetivo.

Tuvo dos oportunidades más o menos claras. La primera, a los 21, un remate que Barrientos sobre el travesaño y la otra cuando Matías Sánchez definió mal ante la salida de Sessa.

El segundo capítulo tuvo un arranque similar. La pelota fue y vino sin sentido, y ninguno de los dos equipos logró imponerse.

Pudo abrir la cuenta Gimnasia a los 3 minutos, cuando Boris Rieloff metió un cabezazo que Orión contuvo con esfuerzo. Después nada, pero claro, si en un lado de la cancha está una defensa descompensada, todo puede pasar.

Y a los 6 minutos, Leandro Desábato metió un pelotazo a espaldas de los defensores, Fernández apareció por el segundo palo y despachó un remate cruzado que se incrustó en la red.

En ventaja, Estudiantes no jugó mejor, pero se acomodó al partido y supo sacarle provecho a la desesperación y la impotencia de Gimnasia.

Los hombres del local agravaron la situación solos. A los 37 minutos, Rodrigo Braña puso un pelotazo profundo para Fernández, Masuero cruzó a destiempo y desvió la pelota con la mano. Un penal infantil.

Pérez sacó un fuerte derechazo y superó a Sessa.

Estudiantes no jugó bien, pero fue ordenado y eficiente. Otra vez tuvo el oficio para ganar el clásico, lo que más importa.

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