Sin sobresaltos para el gobierno
Por Alejandra Fernández
DyN
La audiencia pública no vinculante por el incremento de la tarifa de gas transcurrió como un trámite formal que culminó sin demasiados sobresaltos para el gobierno, tras el duro revés que significó el fallo adverso de la Corte que había frenado el aumento del servicio.
La calma general en la que se llevaron a cabo las tres jornadas de audiencia no fue una mera casualidad: el gobierno se encargó de desplegar un significativo operativo de seguridad para evitar cualquier incidente que significara un costo político mayor que el padeció por las idas y vueltas en el aumento de las tarifas.
Tras el balance positivo de un debate que finalizó sin sobresaltos, cobra más peso el error político de haber intentado sortear una instancia legal que, de haberla realizado en abril, antes de emitir las resoluciones 27 y 31, se hubiera ahorrado un fallo en contra de la Corte, algunas numerosas protestas y otros tantos millones de dólares.
“La idea es pasar estas audiencias con la mayor tranquilidad posible”, dijo uno de los organizadores de las jornadas, que tan tranquilas fueron que en los últimos dos días de debate no hubo más de 30 personas.
Esto se consiguió gracias a un megaoperativo de seguridad que neutralizó a los manifestantes y a un complejo y limitado sistema de acreditación para aquellos que quisieran presenciar la audiencia, por lo que no hubo banderas, ni grupos de militantes, ni grandes griteríos dentro del auditorio.
La realización del Foro de Inversiones “mini-Davos”, por el que pasaron un centenar de CEO y representantes de 1.900 compañías, la misma semana de la audiencia, también permitió desviar la atención hacia un evento mucho más auspicioso para el gobierno.
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