¿Sobra uno? El voto regional aún no marca tendencia
ESCENARIO
“Hasta aquí llegamos”, se plantó Mauricio Macri, ante la insinuación del presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, de ampliar el acuerdo entre ambos, más “Lilita” Carrió, para darle cobijo en una gran interna a Sergio Massa del Frente Renovador.
Lo hizo tras los resultados de las PASO en Santa Fe y Mendoza, distritos en los que salieron airosos los candidatos del Pro y la UCR, respectivamente, sin que ello marque una tendencia definitiva para las elecciones generales de octubre. Tampoco, para ser ecuánimes, significó un sendero irreversible el triunfo, la semana previa, del postulante del Frente para la Victoria (FpV) en Salta.
Las realidades locales, con sus disputas domésticas propias de “pueblo chico, infierno grande”, no se reflejan necesariamente en el espejo nacional, donde cada vez se advierte más una tendencia a la polarización. Según los principales encuestadores, hay tres nombres de peso: Scioli, Macri y Massa. Sobraría uno, a juzgar por las manifestaciones del intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino quien, como miembro del FR, le aconsejó a Massa “pensar más en la provincia de Buenos Aires”. En lenguaje criollo: que se corra del primer plano (algo que el exintendente de Tigre resiste) dada la mala cosecha de los últimos meses y se concentre en pelear por la gobernación bonaerense (territorio escuálido para el macrismo y la UCR) con el propósito de asestarle una herida decisiva a la versión del “kirchnerismo suave” que quiere darle continuidad al modelo iniciado en mayo de 2003.
“Apurate a ser candidato a gobernador de Macri, porque si no Scioli gana en primera vuelta”, aconsejó por televisión un depreciado postulante K al exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner, en la actualidad empeñado en capturar voluntades peronistas por fuera del aparato del justicialismo.
En lugar de decepcionarse, Scioli se entusiasmó ayer con lo sucedido en Santa Fe y Mendoza: considera que el mejor escenario es enfrentar a Macri desde un proyecto antagónico, aunque con mejores modales. Sostiene que así como hubo cafierismo, menemismo, duhaldismo y kirchnerismo, en diciembre comenzará -si es que se impone- el sciolismo, adherente al diálogo y la conciliación interna.
No es casual la proximidad de Scioli con dirigentes sindicales de gremios industriales, con hombres “moderados” en las provincias. Menos, su cercanía con Julián Domínguez, quien quiere sucederlo con la aprobación del papa Francisco.
Scioli ha dado sobradas muestras de que no se apartará de la defensa de la gestión de Cristina Fernández. No obstante, como buen conocedor de la historia del peronismo, sabe que en diciembre se transfiere algo más que el bastón de mando.
Arnaldo Paganetti
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar
Arnaldo Paganetti
ESCENARIO
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios