Sobre la vida en América
"Muertas pero no tanto", una obra donde confluyen el humor y la historia.
VIEDMA (AV)- A partir de cuatro miradas sobre la vida en América latina se armó la obra «Muertas pero no tanto (compacto latino)», que Purogrupo presentará durante agosto todos los sábados a las 22 y los domingos a las 20, en la sala El Tubo, en Belgrano 747.
El elenco está compuesto por Laura Vinaya y Miguelina Lariguet, que dieron luz a cuatro cuadros en un proceso creativo de nueve meses, un desarrollo discontinuo en el que el producto fue creciendo, madurando, hasta que finalizó con la dirección de Patricio Elizalde, bailarín y actor del elenco neuquino «Locas Margaritas».
Basado en improvisaciones que luego fijaron y armaron, Miguelina asegura que «es una obra trabajada en gran medida desde lo inconsciente». La temática se centró en Latinoamérica, y fue abordada desde distintos lenguajes teatrales, dando un todo algo ecléctico: «no se pretende halagar al público, sino que se generen cosas».
Así, una pareja cubana debate sobre su relación y sobre la decisión de irse o quedarse en la isla, y luego aparecen en escena dos promotoras que venden una idea algo extraña. Otro de los cuadros aborda la expansión de las iglesias evangélicas y los espacios que van ocupando en la contención de la gente a partir de un lugar que no asume el Estado, y por último dos mejicanos que se encuentran en el desierto –sobre la frontera de su país con Estados Unidos-, y tratan sobre la amistad, la complicidad y la muerte.
Las estéticas varían a medida que se desarrolla la puesta: hay danza-teatro con fonomímica a partir de la grabación y edición de voces, lenguaje posmoderno del teatro contemporáneo de los '90, un estilo de varieté humorístico, y al cierre una representación teatral más clásica.
El hilo conductor es que «todo tiene humor, la gente se ríe, pero luego lo reprime, porque no sabe bien de qué se ríe», dice Miguelina.
Lariguet expresa que «el título 'Muertas pero no tanto' muestra la ambigüedad de cómo nos sentimos las actrices»; toda la obra se resuelve en un cuadro, las actrices se cambian en escena, la operación de luces y sonido a cargo de Laura se hace a la vista, «es una muestra de cómo quedó la Argentina del 2001 a hoy, todo reducido a lo mínimo, a los microemprendimientos casi unicelulares».
Vinaya y Lariguet –con trayectorias de varios años en distintas experiencias teatrales- coincidieron en una convocatoria de varieté en el 2004, se hicieron amigas, trabajaron juntas, se distanciaron, comenzaron otra vez: «fue un proceso muy fuerte, por eso salió este resultado». Ahora la apuesta es que la mayor cantidad de gente vea la obra, tanto en la Comarca Viedma-Patagones -apelando a todos los espacios posibles-, como en otras localidades a través de giras.
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