Socialdemócratas derrotan a Merkel

El desastre electoral sufrido por la canciller alemana –que había sido anunciado– dificultará la sanción de leyes ante una oposición fortalecida que se resiste a más ajustes laborales.

La situación política se vuelve más espinosa para la canciller, que se ha ocupado más de apagar incendios que de ejecutar, apuntan.

Los socialdemócratas alemanes obtuvieron una holgada mayoría en la ciudad-Estado de Hamburgo, donde según los sondeos podrán gobernar en solitario. El triunfo del candidato Olaf Scholz, que logró el 48,9% de los votos, se llevó por delante a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel. El jefe del gobierno saliente, Christoph Ahlhaus (CDU), solo arañó un 21,5% de los sufragios, 21 puntos menos que en 2008. El SPD reconquista así su tradicional bastión hamburgués tras 10 años de gobiernos democristianos presididos por Ole von Beust, cuya novedosa coalición con Los Verdes fracasó en verano tras sólo dos años. De esta forma, las elecciones de ayer abren paso a un maratoniano año electoral que coincide con la mitad de la segunda legislatura de Merkel. Además de Hamburgo, otros seis de los 16 Estados federados de Alemania elegirán en 2011 sus respectivos parlamentos. ¿Explicaciones de la derrota de Merkel? La derrota, coinciden los analistas, no obedece a razones de política nacional y es más bien de “fabricación casera”. En su tercera gestión, el popular von Beust tiró la toalla decepcionado por un plebiscito que echó por tierra una ambiciosa reforma educativa y fue seguido por varios miembros de su gabinete. El Partido de Los Verdes, con el que von Beust había formado la primera coalición de este tipo en Alemania, dio por terminado el experimento y forzó la celebración de comicios anticipados pocos meses después de la renuncia del alcalde. Los movía la ilusión de formar un gobierno de centroizquierda con los socialdemócratas. Sin embargo, los electores castigaron tanto a democristianos como verdes y depositaron nuevamente la confianza en los socialdemócratas al mando de Olaf Scholz, un ex ministro de Trabajo de la “gran coalición” de SPD y CDU liderada por Merkel y precursor del modelo de reducción de jornada laboral que tanto éxito ha deparado a Alemania. Los democristianos de Merkel sufrieron el peor revés en Hamburgo desde el fin de la Segunda Guerra y perdieron la mitad de los votos de las últimas elecciones, en el 2008. Sus rivales socialdemócratas avanzaron quince puntos para quedar en cerca del 50 por ciento y con toda probabilidad puedan gobernar en solitario. La derrota no modifica fundamentalmente la balanza de poder, pero dificultará más la sanción de leyes impulsadas por el gobierno de Merkel. La centroderecha se quedó sin mayoría en la Cámara Alta (Bundesrat) el año pasado al perder el estado de Renania del Norte-Westfalia y ahora se enfrenta a una oposición fortalecida. Las dificultades están ya a la vista. La centroderecha intenta infructuosamente desde hace semanas llegar a un consenso con la oposición en la Cámara de las Regiones para un aumento ínfimo de la ayuda a los desempleados de largo tiempo.


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