¿Cómo es transitar a diario la Ruta 22?: nos subimos a un remís y te contamos

7.19, acceso a Roca por calle San Juan y frente al semáforo. Encendió el reloj, giró a la derecha y comenzó el recorrido de casi 42 kilómetros con destino a Neuquén.

Rubén Ramos al volante. Es remisero y sí que sabe lo que es padecer la ruta. Hay días en que realiza hasta cuatro pasajes hasta la capital neuquina, y si bien trata de que sus viajes no sean una pesadilla, la sufre. Ir desde Roca hasta el Aeropuerto Internacional Presidente Perón le llevaba antes 50 minutos promedio. Desde que están los tres desvíos consecutivos tarda hasta 80 minutos.

Y no sólo por la paciencia que requiere la pérdida de tiempo, sino también por el mal estado de la ruta en general además de las complicaciones que genera contar con la obra inconclusa.

“Faltan carteles, hay tramos que están sin marcar, está deformada y hay pozos”, subrayó el conductor, que años atrás decidió renunciar a su trabajo en relación de dependencia y se formó en el oficio. Su remisería ya cumplió 11 años de pleno trabajo.

Distingue la imprudencia como el factor principal que deriva en accidentes.

Dice que no tiene miedo de circular, pero claramente identifica el sector más peligroso. “Los pinos, es una recta, pero aceleran ahí. Hubo muchos accidentes”.

El ritmo se mantiene, un promedio de entre 80 y 90 kilómetros por hora. En los terraplenes recibe una nube de tierra, el paso se vuelve lento y baja hasta los 12 km/h. En el mejor caso, se atraviesa a 20 km/h. Pero avanza. Hasta el acceso a Cipolletti por avenida Toschi, donde directamente el flujo vehicular se vuelve tan denso que en 20 minutos se avanza apenas 500 metros. El auto se detiene por momentos. El gran embudo es la rotonda Cipolletti-Neuquén y luego el puente. 8:46 arribo a Neuquén.